Nunca olvidaré aquellas miradas, miradas de desesperación que pedían a gritos ser liberadas de aquel infierno”
Llegamos a Auschwitz-Birkenau (Polonia) el trece de febrero de 1942. Nos transportaron en un tren a más de setecientas personas y en cada vagón íbamos más de sesenta nunca llegamos a ver el sol durante el trayecto, sólo una fina línea de luz que se colaba por las rendijas de aquellas puertas de acero. Fue el viaje más largo de toda mi vida, mis abuelos y padres lloraban sin cesar y me tenían siempre junto a ellos.
A las seis y media de la mañana el tren se paró y comenzaron a abrirse las puertas de los vagones. El hedor a carne quemada invadía aquel lugar que para nosotros era el infierno. Sigue Leyendo...
Alguien dijo una vez, -Dentro de muy poco el anticristo vendrá a buscarnos y Dios nos salvará a todos con su poder.
Joder, estamos solos en el mundo, los verdaderos demonios somos nosotros, pronto nuestra vida en la tierra se acabará porque somos los peores seres y puedo garantizar que nadie nos va a salvar, nos destruiremos con nuestra arrogancia, nuestra infelicidad y nuestro egoísmo. Ustedes os preguntaréis si tengo miedo, Pues sí, tengo mucho miedo, tengo miedo de mí misma, porque al fin y al cabo la persona que mas nos hace daño somos nosotros mismos. Sigue Leyendo...
Me gustaría compartir con vosotros la esperiencia más bonita y apasionante de mi vida. Tal vez no les resulte tan bonita a algunos de vosotros, pero yo cada vez que la recuerdo aún me pongo nerviosa como aquel día, se me saltan las lágrimas y daría lo que tengo y lo que no por repetirlo.
Era Marzo, 11:30 de la noche estaba en el cumpleaños de una amiga que vivía en el otro lado de la isla entonces me tocaba quedarme en su casa. Yo esperaba que llegase él…….mi hombre…..al que mas e amado. Derrepente la puerta automática del garage se habrió y apareció el, tez oscura, alto, ojos negros y rasgados, pantalones anchos…..casi me desmayo…. Sigue Leyendo...
Era una tarde más, otra cualquiera que pasaba como una pérdida de tiempo para algunos. La lluvia caía sin cesar, con ese peculiar sonido que hace al chocar con los cristales de los coches aparcados al bordillo de las estrechas calles, mojando todo lo que se encuentra en la superficie, hermosa, uniforme, melancólica. La niebla difuminando el paisaje urbano y murmurando frases que me recuerdan que aún siento dolor en mi corazón. Sí, ahí estaba yo, bajo la intensa lluvia mojando mi alma que cada día pesa más sobre mis hombros. Los recuerdos azotan mi mente atormentada por el eterno sufrimiento de una historia inacabable. Las lágrimas son confundidas con gotas de agua que corren por mis mejillas queriendo escapar de esa mirada vacía e inexpresiva en la que están atrapadas, reprimidas queriendo escapar y caer en llanto aliviando este dolor que me mata cada vez más. Mientras camino en esta cruel jungla me pregunto si mi vida se ha convertido en una mentira que jamás será descubierta y que peor aún…será olvidada. ¿Es solo eso? ¿Una sucesión de hechos traumáticos? Dicen que los golpes en la vida nos ayudan a ser fuertes. Yo, sin embargo me siento cada vez más sola y débil.
Ohh! Si volvieras a aliviar mi dolor, la lluvia cesaría sin más y mi infierno dejaría de existir..pero es inútil, mi grito de auxilio se ahoga en el gentío que corre a refugiarse de la lluvia en una tarde cualquiera… Sigue Leyendo...
Portal Literario Independiente