Cuando se dio cuenta que andaba hasta el cuello en la ciénaga ya había recorrido la mayor parte del espacio que la separaba de la liberación. Exhausta y apunto de desfallecer se encontraba al límite de sus fuerzas. Ni el sol de la mañana, ni la sincera vergüenza de la tierra al enrojecer en los atardeceres cuando aquel sol la acariciaba tiernamente en su despedida, la hacían ya sonreír. El canto de los pajarillos no llegaba al cenagal, y su memoria no la dejaba recordar el maravilloso canto que antes le parecía mundano.
Sin embargo avanzaba donde no quedaba mas que caer y olvidarse hasta de si misma. Las puertas del escape estaban cerca, se lo decían sus venas. Se lo decían sus terminaciones nerviosas. Se lo decía a si misma con lentos movimientos de hormonas entre neurotransmisores. Sigue Leyendo...
Prólogo
Este corto relato pretendía convertirse en una novela ensayo sobre la enfermedad de Alzehimer, pero decidí que no era bueno meterse profundamente en lo que no se conoce. Sin embargo acabó quedando en el rincón de la carpeta física en la que guardo mis pequeños relatos. Dice así:
…Cada vez son menos los momentos de lucidez de los que dispongo. Es hora de realizar un último esfuerzo; el esfuerzo de un boxeador demasiado mayor, en plena pelea, que ve como sus dias de gloria se desvanecen ante la amenazante juventud de sus adversarios. Un luchador que, aún a sabiendas de su agonizante fuerza, roba un último golpe, empujado por un grito de ahogo anunciando que después de ese ya no habrán más. Así me siento ahora mientras tomo entre mis dedos, faltos de la gracilidad que me hizo famoso, un miserable lápiz que ensucia el blanco de este papel. Solo espero que el tiempo me permita acabar estas notas, y que ellas sirvan algún día para ayudar a comprender lo que sentimos aquellos que llegamos al claro que hay al final del sendero de la razón. Sigue Leyendo...
El Sonido Del Silencio
La luz permite que podamos ver las cosas, de igual modo que el aire nos transmite el sonido hasta nuestro oído. Lo que percibimos ocurre en nuestro interior, así como la transformación de esos impulsos nerviosos en sensaciones a nuestro cerebro.
Compartía una pequeña habitación junto con mi hermano pequeño. No solo nos separaba un año y medio de edad, también lo hacía un metro y medio de espacio y la más absoluta de las oscuridades. A los siete años la oscuridad da miedo, a mi me parecía exquisitamente misteriosa porque solía estar rodeada de silencio. Sigue Leyendo...
Morir es un arte. Si, soy consciente de lo que digo y lo sostengo. He visto el rostro que lleva ese nombre muchas veces en mi vida, soy un especialista en el arte de morir. Puede sonar a horror pero en el fondo cuando uno deja de existir como persona aun no lo ha hecho como materia, eso ya lo sabéis. La transformación es increíblemente natural, aunque horrible en si misma. Las personas vivas repudiamos la muerte en el más amplio sentido de la palabra. Una vez aceptamos que alguien a muerto aparece el duelo, pero al mismo tiempo se paraliza el sentimiento de volver a ver vivo aquel cuerpo. Aceptamos inconscientemente a quien se fue y lo identificamos como un sentimiento que ya no existe en el cuerpo inerte. Sigue Leyendo...
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