Pregunta.- ¿Qué parte del cuento te ha gustado más? ¿Por qué?
Respuesta.- La parte que dice: “Tal y como se lo había dicho la nube, por primera vez en su vida sintió lo que era volar”. Elijo esta parte porque soy cristiano y creo firmemente en las promesas de Jesucristo tal como lo ha dicho en su vida. Y es que la primera vez que sentimos algo diferente a lo que siempre hemos sido es lo más bonito que existe en nuestras vidas. Yo fui durante 27 años empleado de Banca pero siempre soñaba, desde que tengo uso de razón, con ser escritor y periodista. Cuando Dios hizo que lograra ser escritor y periodista me sentí mucho más feliz y a gusto que cuando estaba trabajando como empleado de Banca. Supe lo que era realizarse como persona.
Pregunta.- ¿Te imaginas las aventuras por las que pasa la gota de agua? ¿Tú has pasado alguna aventura? ¿Cuál?
Respuesta.- Sí puedo imaginarme todas las situaciones por las que se va transformando la gota de agua: la cueva, el manantial, el río, el mar, la nube y la nieve. Yo he vivido muchas y muy diversas aventuras: La mejor de todas fue casarme con la chavala que siempre he soñado pero he cumplido con lo de tener con Ella dos hijas, plantar árboles, editar libros, trabajar como maestro de Literatura y Comunicación, trabajar como periodista tanto en prensa escrita como en radio, recibir algún que otro premio y miles de aventuras más. Pero si me dijeran que solamente puedo elegir una de mis muchas aventuras me quedaría con la de haberme casado con la Princesa de mis sueños; porque gracias a Ella he podido vivir todas las más emocionantes aventuras de mi existencia, las cuales son tan numerosas que no puedo citarlas aquí por falta de espacio ya que son incontables.
Pregunta.- ¿Recuerdas quiénes les dan las gracias a lo largo de su camino y por qué?
Respuesta.- Por orden sucesivo: las flores por ayudarlas a crecer; los árboles también por ayudarles a crecer; las vacas por la misma razón y además por proveerlas de alimentos; un grupo de personas por darles la oportunidad de comer; un niño por la alegría de escuchar su sonido; otro niño por hacer que pudiera nadar, bucear y jugar con las olas; una nube por ayudarla a crecer y cumplir con su trabajo; y una montaña por llegar hasta ella, y convertirse en nieve y, por eso mismo, poder recibir la visita de muchas personas para esquiar o para jugar con la nieve.
Pregunta.- A medida que la gota de agua se va cambiando ¿qué crees tú que siente?
Respuesta.- En primer lugar se lleva sorpresas porque no sabe lo que le ha pasado; pero a medida que va comprendiendo lo que le ocurre se va sintiendo siempre muy feliz porque se va dando cuenta de que es muy importante esa serie de transformaciones hasta llegar a la plenitud como parte fundamental del agua.
Pregunta.- Desde que sale al exterior le pasan muchas cosas. ¿Qué le habría pasado si se hubiera quedado en la cueva?
Respuesta.- Como me pudo haber sucedido a mí si me hubiera quedado en el Banco, si la gota de agua se huibese quedado en la cueva se hubiese terminado por secar y desaparecer sin haber servido para nada importante en cuanto a su propia vida y hacia la vida de los demás y, de esta manera, se hubiese frustrado ya que nunca se habría realizado a sí misma y no habría servido para nada en lo que respecta a la vida de los demás.
Pregunta.- Si tú fueses una gota de agua, ¿en donde te gustaría estar, en una cueva, en un manantial, en un río, en el mar, en la nube, en la nieve? ¿Por qué?
Respuesta.- Aunque todo es importante, yo hubiera preferido haber sido un manantial porque del manantial, que es de agua dulce, pueden beber todos los seres vivos en forma tranquila como es un manantial siempre reposado. Me viene a la memoria una canción cristiana que dice: “¡Haz de mí un vaso nuevo, Señor, donde otros puedan beber!”. La canción completa dice así: “Oh Señor, tú me sacaste / del mundo donde vivía, / me lavaste con tu sangre, / me llenaste con tu vida. / ¡Haz de mí un vaso nuevo,Señor / donde otros puedan beber, / beber de tu agua viva / agua que quita la sed! / ¡Haz de mí un vaso nuevo, Señor, / donde otros puedan beber, / beber de tu agua viva / agua que quita la sed! / Yo soy el agua de vida, / ven a mí yo te daré / cuando bebas de esa agua / nunca más ya tendrás sed. / Vida nueva tú me dabas / en la cruz donde morías / esa cruz en el Calvario / donde tú diste la vida. / ¡Haz de mí un vaso nuevo, Señor, / donde otros puedan beber, / beber de tu agua viva / agua que quita la sed! / ¡Haz de mí un vaso nuevo, Señor, / donde otros puedan beber, / beber de tu agua viva, agua que quita la sed!.
Pregunta.- Tienes un espacio para poder escribir otra historia sobre la gota de agua o cambiar alguna parte del cuento.
Respuesta.- Ya lo he hecho. He preferido escribir otra historia sobre la gota de agua y la he titulado “La gota de Dios”. Tuve la idea inicial nada más terminar de leer el cuento y, cuando llegó la noche, para situarme dentro de la niña mendiga, me senté en un lugar similar al que narro, encendí un cigarrillo y me puse a escribir según me iba dirigiendo mi propio espíritu. Mucho antes de que el cigarrillo se consumiera ya había terminado este nuevo cuento.
Pregunta.- Si lo prefieres puedes dibujar alguna escena del cuento, la que más te guste.
Respuesta.- Ya lo he hecho. He dibujado la nube y los copos de nieve que caen desde la nube porque hay un sol que la calienta.