Capítulo Cuarto y último: De cómo Blanca y Nieves forjaron su futuro…
Fue Pantagruel el que tuvo la feliz idea, al observar la enorme cantidad de dinero que podrían obtener Blanca y Nieves con aquel tesoro de oro.
– !Escucha, Blanca… y escucha tú también, Nieves!. ¿Sabéis cuánto dinero podéis obtener con el contenido de ese cofre?.
– Ni idea-respondió Blanca.
– Yo creo que lo suficiente para poder mantenernos por mucho tiempo… -dijo Nieves.
– Yo creo que mucho más que eso -intervino Gargantúa.
Pantagruel volvió a tomar la palabra.
– Blanca… Nieves… !nada de ir al Golden Tulip de Bad Vilden!. !No tenéis necesidad de poneros a trabajar vendiendo hamburguesas en un Mac Donald para pagaros los estudios. !Habéis nacido para ser princesas!.
– !Que somos Princesas de verdad, Pantagruel! -protestó Blanca.
– Pues mejor todavía… Veréis… Este es mi plan. Gargantúa y yo somos expertos en hacer properar nuestro dinero gracias a que tenemos instintos naturales para los negocios… así que os vamos a ayudar…
– ¿A cambio de qué? -dijo Blanca
– A cambio de nada… absolutamente nada… y es más… !podréis ir a veranear con los Príncipes de verdad si ese es vuestro anhelo!.
– ¿Qué nos propones? -inquirió Nieves.
– Calma Nieves -dijo Gargantúa- cuando Pantagruel tiene una idea siempre es un éxito. Escuchemos su plan.
Hubo un ligero tiempo de silencio hasta que Pantagruel se decidió a contar su idea…
– !Vamos a ir a Suiza!. No os preocupéis. Nosotros os guiaremos hasta allí. En Ginebra conozco un banquero que hace crecer las fortunas en inmensas fortunas…
– ¿Dónde has dicho que está ese banquero? -preguntó Blanca.
– En Ginebra.
– Sí. Esa ciudad se la escuchamos muchas veces nombrar a nuestros padrinos Jakob y Wilhelm Grimmm.
– ¿Fueron ellos vuestros padrinos? -la incredulidad se mostró en los ojos de Gargantúa.
– Es una historia muy larga de contar -intervino Nieves- pero es cierto.
– Bien. Entonces todavía mejor. !Vamos para Ginebra!
El viaje hasta Ginebra fue hermosamente feliz. Con risas. Con bromas. Con buen humor. Con alegría. Pantagruel y Gargantúa eran realmente deliciosos para Blanca y Nieves…
Llegaron ante el citado banquero. Y dejaron a Pantagruel que hablara en nombre de los cuatro.
– Buenos días Señor Metzelder…
– !Hola apreciado amigo!. ¿Qué te trae por aquí?.
– Esto…
Y entregó el cofre de Tío Gruñón al banquero quien examinándolo, comenzó a ponerse excitado…
– ¿De quién es esto?
– De nosotras dos… -dijo Blanca
– ¿Y quienes son ustedes queridas jovencitas?
– Yo soy la Princesa Blanca Grimm de Wurzburg y mi hermana gemela la Princesa Nieves Grimm de Wurzburg. Estas son mis credenciales.
Y sacó un papel amarillento que había encontrado en el fondo del cofre.
El Señor Metzelder examinó con lupa el papel.
– !Es fantástico!. !Es la escritura real y verdadera de los Hermanos Grimm!. !Y la firma de ambos es auténtica!. Según leo en el documento son ustedes sus apadrinadas y las beneficiarias de sus propiedades…
– Eso es… -dijo Blanca.
El Señor Metzelder se levantó de su sillón y se acercó a ambas jovencitas con el cofre abierto…
– ¿Saben qué es esto?.
– Oro. Mucho oro.
– Efectivamente. Mucho oro. Mucho. !Es nada más y nada menos que el famoso Tesoro de los Nibelungos que por tantos años ha estado oculto. Es propiedad de los hermanos Grimmm… pero ¿quién lo custodiaba?… porque dice la leyenda que lo robaron unos enanitos de un bosque y lo tenían escondido en su gruta…
– Efectivamente es así… -dijo Pantagruel -Pero las verdaderas propietarias de ese enorme tesoro son mis amigas las Princesas Blanca y Nieves Grimmm de Wurzbburg.
– Exacto. Hablemos de negocios.
Entraron los cinco en una lujoso salón del interior del Banco del Señor Metzelder quien despùés de todos haber tomado asiento comenzó a contar la siguiente historia.
– Creo firmemente que son ustedes las verdaderas y reales Blanca y Nieves de los Grimmm. Y aunque a las personas vulgares les parezca una locura… yo he visto ya mucho en la vida… por aquí… por este mismo salón han pasado hace años ya La Cenicienta con sus tesoros. La asesoré y ahora triunfa con uno de los comercios más importantes del mundo en el oficio del cristal. No solo zapatos de cristal con los que bailó con su Príncipe… sino toda clase de artículos de cristal de Bohemia. !Tiene ahora una inmensa fortuna!. Por aquí pasó también La Bella Durmiente y le aconsejé que pusiera un comercio de manzanas (porque fue una manzana la que le hizo dormir por años). Hy posee una fortuna inmensa y es la mayor exportadora de su país de manzanas y otras frutas. Y por aquí pasó hace años también otra mujer llamada Caperucita Roja. Trajo su tesoro y yo la asesoré para que pusiese un negocio de frutos lácteos y miel. Ya saben: la leche, el queso y la miel que tanto gustaban a su abuelita antes de ser devorada por El Lobo Feroz. Hoy es una gran millonaria y tiene el mejor negocio de productos lácteos y de la miel del mundo.
– ¿Y qué nos aconseja a nosotras, Señor Metzelder? -inquirió Blanca
– Que con la inmensa fortuna que yo les voy a dar por el Tesoro de Los Nibelungos… se dediquen al negocio de la joyería en particular el oro…
Así lo hicieron las hermanas gemelas Blanca y Nieves y a los pocos años tuvieron tanto dinero que siempre veraneaban esquiando en Saint Moritz, jugando de vez en cuando en los casinos de Montecarlo y veraneando bajo el sol cálido de Marbella…
Allí encontraron multitud de Príncipes Valientes que las cortejaron con ansiedad pòr su belleza y fortuna… pero ellas pasaron olímpicamente de todos los Príncipes Valientes e interesados y amaron con locura a sus queridos, simpáticos y agradables gigantes Pantagruel y Gasrgantúa.
La Princesa Blanca Grimmm de Wurzbug se casó con Jean Duchamel (que era el humilde nombre y apellido de su querido Pantagruel) y la Princesa Nieves Grimmm de Wurzburg se casó con Daniel Riviére (que era el humilde nombre y apellido de su querido Gargantúa).
Y pasaron olímpicamente siempre d elos Príncipes Valientes (azules, rojos o de cualquier otro color) que acudían a ellas comos moscas a la miel.
¿Y qué sucedió son los Siete Tíos?.¿Qué pasó con los siete enanitos machistas del bosque de Spassart Rhon?.
Que estuvieron durante meses enteros buscando como locos a Blanca y Nieves por todo el extenso territorio del bosque y que, una vez que se dieron cuenta de que habían escapado y se habían liberado de su esclavitud machista, echaron pestes y más pestes por sus sucias bocas… y se quedaron tremendamente cabreados no sólo porque ya no podrían tener miles de enanitos verdes con ellas (sobre todo el Tío Mudito que era el más lascivo de todo) y no sólo por haber perdido para siempre el Tesoro de los Nibelungos (sobre todo el Tío Gruñón que era el más avaro de todos) sino, sobre todo, porque desde entonces están hartos, verdaderamente hartos , de tener que ser ellos mismos los que tengan que frotar y restregar interminablemente sus marmitas y perolas, por tener que ser ellos mimos los que tienenque limpiar hasta dejarlas como patenas sus botas llenas de barro y fango, por tener que ser ellos mismos los que ahora zurcen y cosen sus ridículas gorritas con cascabeles y sus calcetines chillones de tantos colorines que tienen impresos y sobre todo, porque son ahora ellos mismos los que tienen que sacar brillo con Netol a las enormes y herrumbrosas hebillas de sus anchos cinturones de los que cuelgan sus enormes barrigas a parte de que ellos mismos tienen que cocinar sus pringosas sopas de setas, y sus tartas de manzanas y producir la sidra que beben en abundancia para olvidar a Blanca y Nieves.
FIN
Este es el último capítulo de un Cuento que esscribí aquí en Vorem hace ya un par de años pero que lo dejé inconcluso. Quien desee conocer el cuento completo lo tiene muy fácil. Tanto los capítulos 1, 2 y 3 (anteriores a este cuarto y último capítulo) estan situados en el Top List de los cien textos más leídos- Sólo tienes que cliquear en cada uno d eellos y puedes leer todo el cuento completo. Gracias y perdón por la tardanza en terminar la historia pero el olvido me hizo caer en ese descuido que ahoraq corrijo completametne. Ya tenéis el Cuento titulado “Blanca, Nieves y el enanito Gruñón” completo y terminado.
Después de leer el cuento completo me pregunto..¿ A ti no te ha descubierto ningún editor?…estan locos los que no te conocen, escribes mucho mejor que algunos escritores ganadores de esos premios llamados Bet Sellers.
No pienso comprar ningún libro, en ti ya tengo mi mejor escritor, ya sea de cuentos, poemas, relatos, reflexiones…todo lo que escribes sabe a gloria.
Felicidades, sabes que lo digo de corazón.
Un besote vorémico.