Y fue ahí que me encontré,
en medio del cementerio de las almas perdidas,
y fue ahí cuando desperté,
en medio de las miradas cohibidas,
en medio del pasar de los días,
fue en medio del caos en que desperté,
y comencé a caer por aquel abismo,
pero no sentía miedo,
no había caída en realidad,
en realidad, yo estaba recorriendo el vacio,
no estaba dejándome caer, estaba caminando,
caminaba hacia abajo,
mirando al rededor como nada cambia,
pareciera ser que todo cae,
y fue ahí cuando encontré miradas perdidas,
sueños rotos,
caídas inexplicables,
fue cuando desperté que me di cuenta de lo que hacía,
yo me vi correr, en medio del bosque de promesas,
en medio de las tormentas de deseo y desesperanza,
recorriendo aquel infierno me sentía abrazado,
me sentía tibio y no quería volver a cerrar los ojos,
ya estaba despierto y el vacio se volvía camino,
la luz no estaba al final,
la luz estaba atrás, y yo no estaba en dirección contraria,
siempre avance, mientras dormía,
mientras soñaba avancé,
mientras la luz quemó mis sueños,
mientras el vacio se convertía en camino,
mientras despertaba en medio de las tormentas de arena.
Ahora debo traer flores al cementerio,
almas perdidas, cemento, desniveles,
caídas y descansos, almas perdidas,
fue ahí cuando desperté,
fue ahí cuando decidí dejar de caer.
Y no hay otro lugar al que quiera ir,
no hay nada que quiera mas,
solo el final del vacío, más allá del final de los días,
más allá de la vida eterna y los cuentos del ayer,
más allá de las llamas eternas y el pecado cruel,
fue ahí cuando desperté,
cuando cuestione el pecado y lo hice mi aliado,
cuando entendí que todos caen,
cegados por la ira del inexistente todopoderoso,
en medio del cementerio de las almas perdidas,
descubrí mas allá de la luz, el pecaminoso sabor de la verdad,
ahí fue que encontré la libertad,
justo ahí cuando mientras estaba en ese vacío,
cuando me puse de pie antes de caer,
cuando decidí caminar entre la niebla,
entre el juego del karma,
entre sus creencias y la rabia,
entre el miedo y las condolencias,
mientras ellos se arrepienten yo agradezco el dolor,
mientras la vida ya no es vida,
cuando deja de ser importante lo común,
cuando eres el extraño del lugar,
cuando el lugar es el extraño para alguien normal,
en realidad no hay nadie en medio de nada,
solo el cementerio de las almas perdidas,
de ojos brillosos y manos temblorosas,
en medio de ese caótico paraíso de sonrisas,
en medio de la fluidez,
en medio del desnivel y la caída,
cuando todos intentamos llegar más alto,
cuando queremos bajar una estrella,
es cuando nos golpeamos para dejar la conciencia de lado,
más allá de la hora prohibida,
cuando ya no se ven nuestras lápidas,
logramos atrapar el vacio que nos recorre y así ponernos de pie.
3 comentarios sobre “Caída Libre”
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Caída libre
En su habitación, mirando a la pantalla releía, una tras otra, cada letra de aquel sencillo mensaje; tratando de descifrar su contenido, los pensamientos y las posibles respuestas.
¿Qué quería decir? ¿Cuál era su significado?
En aquel momento ese era su mundo, su burbuja inexpugnable donde todo lo que quería era tan simple…
Su unico problema, el mensaje.
Se decidió por la intuición y abriendo la opción de escritura dejó que sus dedos hicieran el trabajo. Cada idea se trasladaba a golpe de tecla hacia el infinito, no dudando ni un segundo ante la verdad de sus palabras.
Cuando hubo acabado aquel trance leyó y como tantas otras veces guardó.
Ya al día siguiente, o tal vez semanas, leería de nuevo lo escrito dejando que otro mundo se abriera hacia si mismx.
Un comentario sobre “Caída libre”
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Y esa caída libre le dió la libertad y se la está dando cada vez que guarda la verdad de sus palabras. Muy bueno Condenato. En este mundo las burbujas literarian explotan en el aire y se convierten en libertarias palabras como las tuyas.
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Lo único que puedo comentar es que DIOS EXISTE. Perdona que sea tan breve y lacónico pero es mi forma de pensar, mi forma de ser y mi forma de sentir, Un abrazo amistoso.
Según Thomas Fuller: “Es amigo mío aquel que me socorre, no el que me compadece.”
Thomas Fuller, (1608 – † 16 de agosto de 1661) fue un historiador y miembro de la Iglesia de Inglaterra, que llegó al cargo de capellán del Rey de Inglaterra. Además de sus volúmenes de sermones, destacan sus obras sobre la historia de las Cruzadas, Historie of the Holy Warre, (1639), una geografía descriptiva de Palestina, A Pisgah-Sight of Palestine (1650), y sus Worthies of England (Los notables de Inglaterra), publicado de forma póstuma. Fue, por vocación, aficionado a la arqueología y la antigüedad.