Caminante.- No corras tanto Libertad… espera… espérame un momento… déjame sentar en este tronco de árbol abatido por el rayo para poder asirte Libertad… no te escapes de mi lado…
Libertad (volviendo pasos hacia atrás).- ¿Qué te ocurre, Caminante?. No desmayes ahora. La hora del crepúsculo llega y yo no puedo retrasar más mis andares. Si me deseas siempre a tu lado debes ser más ágil.
Caminante.- Libertad ¿por qué eres tan ligera y rápida?. Por favor, quédate conmigo un poco detenida en este espacio del letargo. Estoy verdaderamente cansado de perseguirte.
Libertad.- Bien está Caminante. Esperaré unos pocos minutos a dialogar contigo. Pero estáte presto a seguirme siempre sin desmayo o dejarás de ser libre…
Caminante (una vez sentada Libertad a su lado).- ¿Qué debo hacer para asirte dentro de mí por completo, Libertad?.
Libertad.- !Dáme un beso en la frente!.
Caminante dio un beso en la frente a Libertad y de pronto todo el pensamiento se llenó de luz transparente y nítida. Entendió que la libertad se empieza siempre dentro de la Conciencia.
Libertad.- !Dáme un beso ahora en los ojos!.
Caminante dio un beso en los ojos a Libertad y entonces de repente comenzó a vislumbrar el verdadero camino de sus liberaciones humanas.
Libertad.- !Y dáme ahora un beso en la boca!.
Y Caminante dio un beso en la ardiente y roja boca de Libertad y ya no pudo desprenderse de su intensidad y se puso en camino con toda agilidad y ya siempre fue eterna sombra de ella.
Libertad había conquistado para siempre a Caminante.