Camino de candombe.

Hay un camino de candombe, que aun consigue llegar, hasta los fragmentos que un día formaron parte de mí. Caminito del pasado, caminito a mi casa, llave de mi puerta.
Cuando me pierdo, solo su dulce sonido es capaz de devolverme a mi estado natural. Guarda en su caja milongas con palabras que componen mis recuerdos y tiene tangos que me doblan hasta encender todos los faroles de la ciudad.
Mi país, paso hablando de mi país, allá entre los cerros, les digo, donde duerme mi tesoro. Sol con el que me ilumino, donde anduve a caballo y a las risas, donde el verde se hacía parte de la piel y el horizonte una continuación, de la existencia.

Nunca ha sido lo mismo abrir una cortina…
Hasta las cosas que antes no comprendí, ahora son parte de mis amores!
Vivo soñando con el día, que vuelva a abrazarme su noche…
Corazón de almacenes de sauces, por allá en la tierra de la nutria y las palmeras charrúas, sé que me espera mi padre, igual que lo deje la última vez. Hace años, sentado en el portal tomando mate y fumando, cerca del muro de jazmines y la anacahuita donde aun ve las huellas de mis juegos, espera hasta la noche con la puerta abierta, a que yo entre para cerrarla.
En esas tierras de leyendas aun vive la persona que fui, aquella que tanto me gustaba, esperando a que la rescaten…

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