No dudo en manifestar mi dolor más intenso por el cierre de la Parroquia de Entrevías, en Madrid. Es un Sueño que se alojaba en el corazón de unos hombres justos y otros muchos, necesitados de todo, de pan, de justicia, de abrigo, de comprensión. Pero esta clase de humildes llenan la sotana púrpura de Monseñor Rouco, en un cierto hedor, en esa dura aproximación a un Dios Selectivo y otro para quienes habitan entre cartones. Creo que es justo señalar a quienes sostienen la verdad con guantes de terciopelo. Es justo, que hasta los no creyentes y ausentes de bondades eternas, miremos a los ojos a quienes, injustamente soplan las velas de una nave para privilegiados y clases dominantes. Yo acuso el verdadero dolor que provoca sobre cualquier fe, la tiranía que sostiene su pertenencia a la única verdad y al único destino eterno.
Y mientras el obispo de Roma accede a cerrar las lindes de su rebaño, elije, entre el color de los pelajes, entre la miseria y las manos blancas de los banqueros ricos. Roma asiste a la repetición de un juego milenario, el de vender su propias miserias en beneficio de su orgullo. No puede existir ni el menor atisbo de verdad en quienes descansan sobre colchas de hilo y elevan plegarias a ídolos amarrados por las alas y acceden a decapitar los sueños de los menesterosos, porque suyo es el mejor de los infiernos. Si la verdad nos hace libres, no es menos cierto que la mentira y la soberbia de los purpurados se pasea en limusinas tiradas por el miedo y la humillación de sus pobres de solemnidad.
4 comentarios sobre “Cerrar un Sueño”
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Subscribo tus palabtras.
No importa de dónde vengan los apoyos, lo importante es como tu dices, que los necesitados de todo aquello que nos hace humanos dejen de estarlo, pero los poderes no entienden en demasiadas ocasiones esas cosas, un abrazo
Y mientras tanto las manos blancas y gordas del obispo romano se llena de mugre…
Tú comentario me hizo intentar escribir y dar un testimonio que se uniera a tu rabia y justa decepción.
Pero creo que tus palabras, que me llenan de orgullo y esperanza, han descrito con fuerza y buenisma prosa, la denuncia que todos debemos hacer contra esta “iglesia”, todopoderosa, inmovilista, oscura y represora, llena de avaricia e ignorancia, que se niega a perder el poder del vaticano con su moneda, ejercito, lujo é inútil boato, negando la existencia de este otro humilde y solidario sacerdocio que otorga gracias al Amor cristiano el derecho a la salud y la educación, al progreso y bienestar que todo ser humano.
necesita.
Consuela y dá esperanza saber que existen personas, dsipuestas a seguir soñando en amar con humilde generosidad a los desheredados de este deshumanizado mundo.
Gracias por haberlo expresado en esta ventana voremica y haccer posible que yo y mas personas lo hayan leido.
Rosa