Con las huellas del quetzal y el colibri.

Quito, 24 de enero de 2006.

A primeras horas de mañana vuelo de regreso hacia mi Madre España. Han sido doce años de vida transcurrida en las Américas. Han sido doce años enriquecedores, de hermosas vivencias que han dejado profundas huellas en mi corazón. Yo ahora me despido de América sabiendo que nunca podré olvidarla. América penetró profundamente en mi corazón y al mismo tiempo que la amo la respeto. Ha significado mucho para mí esta estadía de doce años en estas tierras. América es un continente que, como todos los continentes de la Tierra, tiene también sus problemas… pero, por encima de todos ellos, es una tierra digna, una tierra que me abrió sus puertas y me recibió con amor y amistad. Por eso yo solo puedo estar agradecido a américa. Aquí dejo un enorme número de amigos y amigas que saben que yo también soy amigo de ellos.



Parto de América querido y queriendo, amado y amando; y vuelvo a mi Madre España. Vuelvo más persona, más esencia, más sustancia. Vuelvo incluso más gorrión que cuando salí. Pero ahora vuelvo matizado por los alegres y vivos colores del quetzal ensoñador y por los libérrimos aleteos del colibrí de los jacarandás. Llego a mi Madre España con ilusión, paz de espíritu y todos los deseos de seguir el camino del crecimiento como ser humano. Pero nunca olvidaré jamás a América y todo lo que ha supuesto para mi existencia. Por eso deseo que sigan perennes sus grandes virtudes y que se solucionen todos sus problemas de una manera feliz. Que hallen cada vez un futuro mejor.

Salgo mañana por la mañana. Es la penúltima etapa de mi vida porque cada día de la vida de un ser humano es nuestra penúltima etapa. La última es aquella que ya no viviremos en la Tierra sino en ese etéreo misterio del más allá. Vuelvo a España con gran ilusión de seguir viviendo en plenitud todas las penúltimas etapas de mi vida. Pero si hay alguna persona de cualquier parte de América que me está leyendo quiero hacerle saber que estoy eternamente agradecido a sus patrias. Y que nunca olvidaré el amor que me dieron y la felicidad que pude gozar viviendo allí. Amor con amor se paga. Y yo siempre pagaré con amor a todo lo que sea de América.

5 comentarios sobre “Con las huellas del quetzal y el colibri.”

  1. america es una tierra maravillosa

    yo soy americana, soy chilena

    y no hay continente con mas colores, matices y sentires ke el ke piso ahora

    cuando acogemos a alguien, siempre esperamos un feliz regreso, triunfal en lo posible, mitierra siempre recibe a todos, aunque la mayoria de las veces no todos nos albergan a nosotros

    siempre será un placer volverte a ver pisar nuestras tierras

    saludos diesel

    y ke tengas un feliz regreso a la madre patria, España

  2. Amiga yopis. Chile es un país muy querido por mí. Lo he visitado varias veces porque resulta que un cuñado mío es chileno. Bendiciones para tu hermosa patria. En la bandera de tu patria existe una estrella. Que esa estrella ilumine siempre todos los destinos de mis hermanos los chilenos.

  3. gracia Diesel,por el reconocimiento que tienes con America,ya sabes que yo soy Argentina y tambien se que tu paso por mi ciudad te ha dejado grandes recuerdos,un beso Estrella

  4. Argentina supone para mí muchos encuentros con verdades del pensamiento latinoamericano. Allí viví muchas horas no sólo viajando por sus bellas regiones sino conviviendo con mucho espíritu de bohemia. Un saludo para tu patria, Estrella.

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