Mi pretérito imperfecto se debió al imperativo de otros, hasta que mi propio imperativo entró en la conjugación y acabó con tantos sinsabores.
El presente de indicativo no siempre puedo conjugarlo en primera persona del singular; depende del condicional de los demás. A veces logro imaginar el presente de subjuntivo también en primera persona, tanto del singular como del plural, pero no siempre atino.
El futuro perfecto dependerá también mucho del condicional. Yo intentaré no ser un participio pasivo, sino un gerundio (me encanta el gerundio). Me gusta creer que puedo intervenir en la conjugación, sabiendo que los verbos de la primera, por ejemplo “amar” y de la segunda, por ejemplo “deber” corren de mi cuenta, pero siendo también consciente que en verbos de la tercera conjugación, como por ejemplo “vivir” o “morir” no dependen de mi voluntad.
Lo que nunca he llegado a conjugar bien es el pluscuamperfecto.
Con qué maestria has conjugado los verbos en este texto.
Un abrazo Carlota.
Gracias, guapa, lo que se aprende bien en la niñez no se olvida.
Un beso, Wersemei.
Para mí es Imperativo decirte, que este texto en pasado, en presente y en futuro, fué, ha sido, es y seguirá siendo un pensamiento genial.
Un beso Carlota.
!Qué buenísimo texto, Carlota!. !Pluscuamperfecto!. !He aquí el pluscuamperfecto!. jejejejeje. Un abrazote.