Don Garci Manuel de Carvajal fue un teniente español y soldado ocasional que fundó la ciudad de Arequipa en Perú el 15 de Agosto de 1540, llamándola “La Villa Hermosa de Arequipa.”
Como muchos de los conquistadores españoles que fueron a las Américas, había nacido en Extremadura. Exploró lo que hoy día es Arequipa como emisario del conquistador Francisco Pizarro.
Poco después de la captura y ejecución de Atahualpa y de que la conquista del Imperio Inca estuviese asegurada, Francisco Pizarro impulsó el envío de numerosas delegaciones españoles por todo Perú con la intención de fundar nuevas ciudades, así como de consolidar sus dominios de nueva adquisición. Tal fue el motivo oculto de la exploración de lo que se convertiría en la ciudad de Arequipa: la delegación española, mandada por Carvajal, siguió el consejo de Pizarro y viajó al sur del Perú.
Durante la exploración, Carvajal y sus seguidores llegaron hasta las costas de Camaná y se establecieron allí brevemente. Para su desgracia, sin embargo, muchos comenzaron a padecer fiebres y otros males, y decidieron pronto que necesitaban un lugar más saludable y hospitalario para su residencia.
Consecuentemente, los conquistadores decidieron desplazarse al interior y pronto llegaron a lo que es hoy día la Plaza de Armas de la catedral de Arequipa, plantando una cruz en el territorio vacío como señal e indicio de que se construiría en ese lugar una catedral. Sin duda Carvajal se sintió atemorizado e inspirado por la vista del volcán El Misti sirviendo de fondo a la ciudad que estaba a punto de fundar. El terreno y el suave clima de Arequipa les parecieron adecuados y agradables, lo que llevó a Carvajal a comenzar el trazado de la red de calles, diseñado siguiendo órdenes de Pizarro.
Gran parte del resto del primitivo desarrollo de la ciudad fue realizado bajo la guía directa de Carvajal y consultado con Pizarro y sus seguidores. Algunas crónicas dicen que el mismo Pizarro estuvo en Arequipa en 1539 con la intención de participar en la fundación de la ciudad, pero que tuvo que marcharse inmediatamente al ser solicitada su presencia en las negociaciones de paz con el Inca Manco en Yucay (a 30 km del Machu Picchu). Se sabe poco del desarrollo de Arequipa después de estos años. Carvajal, entre tanto, decidió construir su cuartel residencial permanente en lo que posteriormente se llamaría “La Mansión del Fundador,” situada en la ribera del Río Socabaya, en la pequeña ciudad campestre de Huasacache (a 20 km de la Plaza de Armas).
A lo largo de los siglos, la casa se deterioró, pero fue restaurada a principios de la década de los ochenta, y ahora es frecuentemente visitada por los turistas, a pesar de haber cambiado de propietario muchas veces. Cuando Carvajal murió nadie supo con seguridad dónde acabaron sus restos, habiendo leyendas locales que decían que había sido enterrado en un supuesto sendero subterráneo bajo la Plaza de Armas de la catedral de Arequipa, como el cuerpo de Francisco Pizarro en Lima.
2 comentarios sobre “Conquistadores, esos desconocidos”
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Muy interesante y documentado tu texto divulgatorio, Carlota. Creo que mucho de la historia de los conquistadores ha quedado enquistado en viejos libros de texto que no abandonan los “lugares comunes”. Se aprende mucho con textos como éste tuyo. Por cierto… creo que Huasacache fué en el siglo XIX y principios del XX una chacra propiedad de los jesuitas (cuando los jesuitas tuvieron tanto dominio en la América Hispana)y que ahora es un lugar de turismo totalmente recompuesto y modernizado… (corrígeme por favor si me equivoco). Lo que no sabía y me llena de interés es que el cuerpo de Carvajal esté sepultado en un subterráneo de la Catedral de Arequipa. !Un fuerte abrazo, Carlota!. !Me gusta mucho la investigación histórica!. Y tu texto me ha llenado por completo de interés.
He encontrado esto (yo no lo sabía):
“El fundador de Arequipa Don Garcí Manuel de Carbajal recibió una chacra en Huasacache, donde actualmente se levanta la casona y terrenos aledaños. En 1555 su yerno Don Martín López solicita al Cabildo de Arequipa que le fuese entregada la hacienda de su suegro. Este hecho fundamenta históricamente que el fundador de Arequipa tubo tierras y vivió en Huasacache.
Otro de los españoles, presentes en la fundación de Arequipa, Don Martín Pérez de Lezcano adquiere la propiedad arriba señalada. Al fallecer, su esposa doña Ana Gutiérrez contrae nupcias con Juan de Castro. Este, a su vez, vende la propiedad a Don Diego Peralta Cabeza de Vaca, pasando luego y por herencia a su viuda doña María Robles, quien en el año de 1585 la vendió a los Padres Jesuitas, por la suma de dos mil pesos ensayados de plata.
Los padres Jesuitas se instalaron en Huasacache y sobre la base de la anterior morada, mejoraron y ampliaron los ambientes de la casa de campo, que dedicaron al descanso y como Casa de Ejercicios. Construyeron la Iglesia, donde se encuentra la imagen de San Francisco Javier, destacado misionero jesuita. La estructura arquitectónica de parte de la casona data del siglo XVI, aunque modificada con el transcurso del tiempo.
Al ser expulsados los jesuitas de todos los territorios españoles y en 1767, la propiedad de Huasacache, junto con más de 200 hectáreas de terreno labrantío, pasaron a la Administración de la Real Junta de Temporalidades.”