Por culpa de las murmuraciones, iniciadas por una persona ecuatoriana de la cual no quiero ni deseo decir su nombre, María Augusta se ha enfadado y ha decidido dejarme solo. Se retira. No quiere seguir escuchando mentiras. Y lleva razón. Ella es sólo una amiga y compañera de trabajo y seguimos manteniendo un sincera amistad. En el momento en que decide dejarme solo me llama mi esposa Liliana (Lina la llamo yo en momentos poéticos o cuando me da la gana pese a quien pese y sé por quién lo digo), para decirme cómo estoy. Me encuentro mal por las murmuraciones pero completamente bien en todo lo demás. !Tranquilo, Diesel, tranquilo! me dice ella… y sigue tu camino sin dar importanica a eso. Yo sé perfectamente que nunca la he engañado ni nunca jamás lo haré pues la amo hasta la Eternidad. Sigo adelante.
Cuando más perdido estoy en medio del Sudán Central, Jesús Lloréns me dice que sigue conmigo. Aparece con una bandera nigeriana: es la ganadora de un concurso celebrado en 1959, representa al río Níger, es blanca, fluyendo entre los colores verdes del bosque. Este río (el Níger) es el principal del África Occidental, nace en Guinea, al pie del monte Loma, y desemboca en el golfo de Guinea, donde forma un amplio delta: unos 4.200 kilómetros, con una cuenca de 1.100.000 kilómetros cuadrados aproximadamente. Atraviesa Mali, Níger y Nigeria. Navegable en algunos tramos, también se puede navegar, por lo tanto, por este río…
Jesús y yo hemos ido haciendo tramos por carretera (subidos en autobuses completamente destartalados) y navegando (en los tramos apropiados para ello gracias a nativos que nos han socorrido con gran placer a cambio de unos cuantos euros) por varias regiones atravesadas por el río Níger… hasta llegar a la región nigeriana de los Nupe.
La distancia política entre un líder ritual o Gran Hombre de la aldea y un jefe tributario era, antiguamente, escasa y cabe fácilmente imaginarse cómo los pueblos de la selva y sus vecinos crearon los microestados que, probablemente, surgieron a finales del milenio I después de Jesucristo; inicialmente en las comarcas de los modernos yoruba, los edo y los nupe… y también entre los pueblos jukun, a caballo entre la selva y la sabana sur de la tierra de los hausa. Pero a nosotros (a Jesús y a mí) nos interesa, ahora, fijarnos solmamente en los nupe nigerianos.
Los bronces de Ife del siglo XIV pasaron hacia el Norte, el reino de Nupe de la sabana, mientras que Tsoeda, el creador tradicional de una nueva dinastía en Nupe a comienzos del siglo XVI, tenía una madre que hablaba edo. Parecemos un poco cotillas pero no lo somos. Sólo escribimos lo que nos cuentan las gentes de Nupe y mientras tanto nos limitamos a escuchar y escribir. Seguimos. Poco después, sin embargo, tanto el ejército de Nupe como el de Bariba, procedentes del Norte, invadieron las tierras de los poderosos yoruba, probablemente con caballos, atacando esta capital de Oyo, en el reino yoruba más septentrional y situado en la sabana. Oyo respondió adoptando la caballería como fuerza bélica, y en el transcurso del siglo XVIII surgió como Estado yoruba más poderoso. No nos desviemos de nuestro objetivo y volvamos a la historia de los nupe. Un antropólogo (cuyo nombre desconozco y no lo he podido averiguar porque los nupe son más bien callados) observó que en Nupe, en la década de 1930, el círculo del mercado (de unos 8 o 16 kilómetros) era, asimismo, el lugar habitual de los casamientos y el de los intereses comunes locales. La mayoría de los vendedores en los mercados solían ser mujeres, aunque los mercaderes ambulantes profesionales de los mercados eran más bien hombres. Muchas autoridades políticas cobraban peajes a los vendedores y supervisaban los mercados; dichos funcionarios formaban parte del nuevo sistema “sarauta” de las tierras de los hausa.
Volvamos a los nupe. Lo más aproximado a los gremios en el África Occidental se dio en Nupe y entre los maestros artesanos de Benín, que formaban grupos estrechamente unidos bajo la dirección de personas acreditadas para ello; pero esos organismos dependían férreamente de los gobernantes, como solía suceder en el islam. Nupe era famosa por los artesanos del vidrio, una de las muchas especialidades que formaban legión y que fue ampliando los mercados (la ausencia de mi compañera María Augusta ha sido, al final, beneficiosa, pues me encuentro más libre para mirar y remirar mis notas de trabajo con total libertad y no hago con ello mal a nadie).
La expansión islámica hacia el Sur fue muy precaria (me dice un lugareño de Abuja, ciudad situada en el extremo este de la región de Nupe). Este lugareño, cuya conversación es seguida por su esposa que está callada y solo asiente con la cabeza a todo lo que dice su esposo, me cuenta que un gobernante de Nupe fue depuesto durante el siglo XVIII cuando trató de proclamar el islam como religión oficial. ¿Cierto?. ¿Falso?. Totalmente cierto. Las historias verdaderas de estas regiones africanas pasaron, con total fidelidad, de generación en generación a través de los cuentos orales que, por las noches, alrededor de las fogatas, contaban unos a otrtos.
Llega la noche,. Se forma una hoguera y los nupe nos invitan a sentarnos junto a ellos. Quisiera seguir enterándome algo más de este pueblo. Así lo hacemos mientras nos sirven una sopa de caldo de gallina con cebolla que, Jesús y yo, aunque no nos guste nada (sobre todo los trozos de gallina y los pedazos de cebolla), la tomamos con mucho gusto no vaya a ser que se enfaden con nosotros. Estamos pasando verdadermaente hambre real. Y sigue la historia de los nupe mientras la luz de la luna ya brilla en lo alto.
Los oyo , un pueblo poderoso en el siglo XVIII (un importante pueblo proveedor de esclavos de la trata atlántica) sojuzgaron muchas ciudades yoruba y ejercieron cierto predominiio sobre los borgu y los nupe hacia el Norte. Esto nos lo narran con cierta tristeza y alguna lágrima en sus ojos… y eso es porque que ya están un poco beodos por tomar tanto de un alcohol de caña que ni Jesús ni yo hemos querido beber. Terminan contándonos que en aquel Sur de Nigeria , los clérigos locales fulbe respondieron por lo general a los nativos en los combates en Gobir, asegurando el reconocimiento de Usuman, derrocando a los gobernantes hausa (como en Zaría), creando emiratos, conquistando gentes quen no eran hausa (como en Bauchi y Adamaua) con intervenciones para suplantar o apoyar a musulmanes no hausa en los conflictos locales como en Nupe y en Oyo.
Y se guarda un silencio sepulcral mientras a mi mente, ya casi amodorrada de tanta aventura histórica, llega la frase de Don Quijote: “!Con la Iglesia hemos topado Sancho!”. La voz lejana de unos perros-lobos se escuchan en medio de la noche. Jesús Lloréns intuye lo que estoy pensando y sonríe mientras mis ojos se cierran… se cierran… y lo único que contemplo ya es un cielo lleno de miles de estrellas… y una luz roja como de sangre de inocentes que es la luna.