¡Día de acción de gracias!

Y se me ocurre, así, como de repente…que los niveles de diplomacia política pueden alcanzar cotas inimaginables. No suelo tener un deseo de “venganza/rechazo…de intensidad peligrosa”, pero ese glamour de comer y degustar un “inmenso pavo” en compañía de la aristocracia más preclara del sur de Europa, es algo que al Semidiós Bush le ha puesto los dientes largos. Un pavo regio. Un pavo del que se guardarán los huesecillos a manera de “reliquias de una visita inolvidable”. Y está claro, nada es imposible, y cuando en mitad del mundo se teme el juego americano, se aprecian los gestos constructivos y las buenas maneras de servir a causas “divinas” y “humanas”. Si estaba prevista la visita Real al Cielo Americano…no ha dejado de cautivar el inconsciente colectivo que conecta con las bondadades y los reconocimientos.
¡Todo sea porque dado el momento, la Zarzuela no sirva para decorar los nuevos intentos de colonialismo americano, y además…porque la devaluación de todo lo “regio” comienza a ser moneda de cambio.
¡Siempre creeré en los Reyes Magos, en los de verdad, en los del Oriente, en los que no se ven…pero que están ahí, en mitad de la noche, entre la desesperanza y el milagro de la ilusión!

Deja una respuesta