¿Qué voy a hacer ahora? ¿Cómo se puede subsistir cuando te han retirado por completo el terreno bajo los pies? ¿En quién voy a poder confiar?
Recordarás que hace algo más de cinco años fue él quien traicionó mi confianza. Fue doloroso, pero sobre todo porque la situación fue dolorosa en sí misma, y casi pareció un detalle de relevancia menor en comparación con el resto de implicaciones emotivas, de expectativas de tranquilidad y orden que se vinieron abajo. Entonces ataqué la cuestión de la forma más animosa posible: salí, entré, hice todo lo que pude para no derrumbarme. Siempre me quedó (me queda todavía) el punto negro de haber perdido la confianza en él; pero aún podía contar contigo…
Ayer, de esa forma tonta en que los acontecimientos parecen desarrollarse, vi cómo mi confianza en ti desaparecía. No estabas en casa y me pediste que te enviara algo que está en el ordenador: busqué en tus carpetas y allí apareció algo con lo que ni tú ni yo contábamos con que apareciera. Te aseguro que no hubo intención de investigar nada, porque nada creí que hubiera que investigar. Fue una ¿casualidad?, si es que yo creyera que tal cosa existe.
No creo en la validez de ocultar cosas bajo el lema de “Ojos que no ven…”, porque los ojos acaban viendo. Al menos los míos siempre han acabado viendo, por mucho que yo me haya obstinado en confiar a ultranza.
Yo creía que era suficiente con seguir el ejemplo que a mí me han dado, creía que alguna vez alcanzaría una tranquilidad suficiente, como la que yo he procurado a los demás, para que vosotros me la procuraseis a mí. Creía, porque mi tonta confianza en el ser humano ¿es? ¿era? inagotable que nunca mi ibais a traicionar. Ya sé que sonará como algo truculento, como sacado de quicio, dada la índole del asunto, pero así es como me siento. Independientemente de la importancia que tenga o no lo que provoque la pérdida de la confianza, ésta no se recobra nunca más.
¿Qué voy a hacer ahora? ¿Me alejo, me encierro en mí misma, procuro poner mi atención en otras cosas, me gratifico de alguna manera imprevista anteayer? ¿Eso va a arreglar algo, va a llenar algún vacío? No, sé que a partir de ahora despertaré cada mañana con el sabor frío y amargo de cenizas… de las cenizas en que se ha convertido mi confianza en vosotros.
¿Qué voy a hacer ahora?
De aquí en adelante nuevas personas estarán contigo, y muchas de las que están ya cerca, seguro. A veces nuestros ojos miran a un lado y se entregan, pero hay un gran horizonte de seres que están, o que podrían estar… Sin duda, no quiero ni recordar los momentos en que he sentido cómo tú te sientes ahora, en esos momentos busca en tí, acompáñate de tí también. Ánimo y una abrazo
Afortunadamente, la nube negra pasó (y no me estoy refiriendo al tiempo atmosférico). Hubo explicaciones, disculpas y todo vuelve a estar en orden por el momento.
Gracias, Noeliaf, veo que contigo siempre se puede contar para dar ánimos.