Parto de la premisa de que la perfección no existe. Pero el sueño de todo humano es buscarla en todo aquello con lo que se compromete. ¿Es una búsqueda absurda?. Posiblemente, sí. ¿Es un luchar contra lo imposible?.Seguro. No se puede definir con exactitud esta especie de ansiedad con la que el humano nace. No se puede mitigar la sed perpetua que todos tenemos en nuestro interior. Ser perfectos como humanos, como hijos, como amantes, como padres o madres, como profesionales de las actividades a las que nos dedicamos, sería algo así como una insoportabilidad inicua pero (!caramba!, !no sé por qué será!) buscamos siempre una mejoría que nos acerque a esa imposible perfección.
Quizás sea una proyección equivocada, mas recuerdo la frase de Jenofonte cuando se refirió a Sócrates: “Su destino fue un favor de los dioses; porque esquivó la parte más penosa de la vida y tuvo el más dulce final; porque cuando hubo comprendido que para él valía más morir que seguri viviendo, conservó la misma continencia que había mostrado en presencia de los bienes de la vida, y no flaqueó tampoco ante la muerte: la esperó y la recibió con júbilo. Por mi parte, cuando pienso en la sabiduría y nobleza de carácter de aquel gran hombre, no puedo evitar hablar de él, ni cuando hablo de él, alabarlo”.
Cada uno de nosotros y nosotras hubiéramos podido ser otro u otra de carácter más glorioso… pero creo firmemente que cuando vivimos con la sinceridad de resumirnos en esa búsqueda de dar lo mejor que llevamos dentro, podemos señalarnos como hombres y mujeres valios@s; más allá de lo que piensen de nosotros.
Lo importante es que dejemos en la memoria de quienes nos conocieron ese sentir de que fuimos buscadores de lo fundamental; tan solo hombres y mujeres capaces de decir que mientras estuvimos vivos elegimos el camino de comprender lo que nos rodeó. Quizás eso sea, ciertamente, dejar huellas… porque lo verdaderamente trascendental de nuestras vidas no es tener que morir (lo cual es obvio) sino comprender que hemos vivido por algo y para algo y que nos vamos de este mundo sintiéndolo sinceramente así.