Del Poemario: Soledades

No alcaza el corazón a latir sin miedo,
ni siente sus perdidos pasos en el camino.
Cierra los ojos el héroe vencido
por el espanto mordaz de soledades huecas.
No hay sonido, ni luz que atraiga vida,
ni renglón doblado que encubra vanidades.
Solamente habitan soledades
las siniestras consecuencias de lo imaginal
perdido.
Sucedáneos de virtud; arrogancias,
fragancias de ingratud
disonancias en voces descompuestas.

No existe la sencilla razón que nos conmueve,
ni nube alguna que culmine en la tormenta.
¡No! Nos han negado el Todo en medio de una inmensa
ausencia de sentires.
Tras la última palabra cesa el tumulto vano.
La mano primorosa
abarca en sí la rosa
y cesa el ritmo.
Versos que enlentecen,
disarmónicos,
como si al acabar
no tuvieran
eco.

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