Delirium on the rock

En tus pupilas, antes aún de conocerte, el mundo era plano, algo así como una colección de recuerdos hundidos en la redondez de tus labios… pero el olor de tu piel me hizo vivir como predicción de venas nuevas. Y ya me he convertido, después de ti, en enfermedad que más abajo de tu cuerpo escribe poesía. Porque me duele tanto no ser santo que , sin decirte dónde, te guardo en todo eso…

En tu creer de promesas y en la excusas conmigo mismo soy tiempo eterno. De lunes a viernes soy un hombe impedido de ti para obtener el olvido… pero basta que me nombres como a las flores para ser tu sueño y tu piel, para olvidarme por un momento del amor y ser sólo un atardecer efímero…

Quiero otra oportunidad para creer en el mundo que creía, en lo eterno y en lo fugaz, en las verdades de mis vulnerables yos, en los faros alumbrados de oscuridad donde daba saltos mortales en el momento justo de esconderme para convertirme en causa de tu perdición. Esta es mi forma de jugar…

No. No intentes encontrarme en los dolores del agua. La esperanza acumula intentos y estoy deshojando margaritas sin mirar a los pétalos sino al dolor de llevarte dentro. Y es que si en tus ojos me perdí fue por una leve distracción… yo, que era el ganador de mis propias heridas, me decanté por la sal de tus labios y aunque siempre soy un extranjero en mi propio país sólo parezco un poeta despistado con caminares pensados; escribiendo canciones para cerrar las heridas que estaban comprendidas en el mar de tus sonrisas; algo así como un volver de lo imposible para considerarme invento de tu fantasía.

No pido que todos los días sean de sol, ni que todos los viernes sean de fiesta, ni pido perdón rogándolo con los ojos secos. Me conformo con ser solamente una pregunta más, una respuesta menos y un desliz, sólo un desliz convertido en espejo de tus intuiciones… para de esta manera estar dispuesto a todo… estar dispuesto hasta a desearte aún antes de nacer.

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