DESATINO

I
Mi tía Piedad es una mujer tímida y de pocas palabras. Muy pocas.
Normalmente responde a cualquier pregunta que se le haga con monosílabos.
Cuando es ella la que pregunta, suele hacerlo brevemente, aunque nunca de manera directa.
Nació con catarátas en los ojos, y lleva unas gafas de esas que llaman “de culo de vaso”.
Yo tengo la sensación de que mi tía vive escondida tras las gafas.

Nos vemos pocas veces, porque mi madre,mi hermana, y yo, vivimos lejos del resto de la familia
y por ende de mi tía Piedad.

Eso, no nos impide saber que nos queremos. Por que ella nos quiere a nosotras y nosotras a ella.
No importa que la conversación se establezca a través del teléfono o
de nuestras visitas, porque a la pregunta de “¿qué tal estas?”, mi tía siempre responde consí consá.
Y ahí lo deja.
¿Qué sigues preguntándole sobre cualquier otra cosa?
Ella responderá con alguna otra expresión similar.

Mi hermana y yo, cuando hablamos, y las dos estamos de buen humor,
recurrimos a muletillas o frases típicas de las personas que ambas conocemos,
e imitamos al decirlas, el deje o tono de voz, de a quien le toque.
Indiscutiblemente el primer lugar del ranking lo ostenta mi tía Piedad.

II
Quedamos las dos (mi hermana y yo) un sábado por la tarde a la puerta un Centro Comercial,
con el objetivo de comprar una gargantilla o collar para ella.
La conversación entre ambas comenzó asi:

Que tal estás:
– Consi, consá. Y tu?
__ Fizti, fizti

(Ya en este punto empezamos a reírnos y entramos en el centro comercial)

– Mejor preguntamos a una dependienta…
__ Si, mejor

(Aquella tarde no cabe duda de que las dos estabamos de buen humor.
De muy buen humor)

dependienta: En qué les puedo ayudar?
– Queria un collar o una gargantilla
dependienta: De algún estilo concreto?
– Bueno… discreto y original

dependiente: Le gusta éste? Queda muy bien con escote
– pues no sé, ni sí ,ni no. A ti qué te parece?
__A mi no me hace ni ají, ni ajá

dependienta: Tenemos este otro que acabamos de recibir, se lo quiere probrar?
– Es que lo quiero para un traje de chaqueta, y claro, tendrá que ir
el dín con el dón.
__Pues sí, éste no hace ni a ni pelo, ni a pluma.
No tienes alguno, no sé, como para vestir y de batalla?

dependienta: (El rictus de su cara empezaba a cambiar).
Bueno, éste es de otro estilo,
mas juevenil…
– Ya, pues es que este… pichí pichá
__Si, éste con el traje, …ni pincha ni corta, eh?

dependienta: Bueno.. la verdad es que no sé que tipo de collar está buscando
– Pues hija uno que me sirva para ir arreglada pero informal
__Si, es que vas de aqui para allá, sin ton ni son, y parece que nos está
atiendiendo a tontas y a locas…

dependienta: (El color de sus mejillas pasaba del sonrosado…al verde pistacho)
Ya, pero es que yo le estoy enseñando
todo tipo de collares y a usted no le gusta ninguno…
– Sí, pero… no, me estás atendiendo de aquella manera
__Es verdad, te ha dicho que lo quiere para una traje de chaqueta y le estás enseñando
collares que ni fú ni fá, que no hacen ni a una cosa ni a otra.

dependienta: (Del verde pistacho…a violeta-morado)
Mire, será mejor que eche usted un vistazo
que voy a atender a otra clienta (clienta que no vimos por ninguna parte)
– Vale guapa, pero que sepas que esto es
un toma y daca y que a la gente no se le atiende así como así.
__Es verdad, llevamos un rato diciendote que tipo de collar queremos..
y tú como si nada. Que si éste que si el otro,que si el de aquí que si el de allí, y no es por nada,
pero a mí me parece que hemos sido muy claras al decirte cómo queremos el collar.
Asi que bonita, si tu tienes el día pluf… pues te tomas un algo, pero no nos pongas esa cara como de no sé qué…
y nos tengas aquí toda la tarde dando rodeos y entreteniendonos a lo tonto y a lo bobo.

La dependienta salió como una locomotara del mostrador del stand de bisutería.
Vimos como a paso firme y balanceandolos brazos con fuerza, desaparecía de nuestra vista.
Sólo quedaba tras ella un halo de humo color gris.Gris marengo.

Nosotras, abandonábamos el Comercio casi sin poder andar.
Ibamos derrúmbandonos y se nos doblaban las rodillas entre carcajada y carcajada.
Una vez fuera, estuvimos un buen rato sin poder ariticular palabra.
Nos dolía la mandíbula, empezabamos a tener agujetas en el estómago.
Se nos sáltaban lás lágrimas. Nos hacíamos pis.
Hacía tiempo que no nos reíamos tanto, y la gente que pasaba, no dejaba de mirarnos.

Mi madre llevaba un buen rato llamándome al télefono móvil,
pero yo estaba en tal frenesí de hilaridad… que ni lo oí.
Por fin, y aún desternillandome de risa, me pareció que sonaba el móvil.

Mi madre: (Con voz abatida, y un poquito de teatro que no puede evitar echarle cuando va decir algo solemne…)
Hola hija, estás con tu hermana?
__ Si, pasa algo mamá?

Mi madre: No, nada, era solo para deciros que acaban de hospilalizar a Piedad…
__ Qué? Por qué? Qué le pasa?
Mi madre: Bueno hija, todavía no lo saben, están en ello.
Andan los médicos de aquí para allá, a ver si ven lo que tiene.
Es que creen que no parece grave, pero que lo puede ser.
Lo que pasa es que dicen que está muy pachucha.
Pero que todavía no nos pueden decir nada.

__ … Y qué dice ella, mamá?
Mi madre: Hija, ya la conoces, ella no dice ni chus ni mus.

3 comentarios sobre “DESATINO”

  1. La vida de las cosas amables dibujadas a través de la sonrisa del buenhumor siempre sabe a sustancia de experiencia sensitiva. Me gustó mucho tuvo tu manera de ver la vida. La España cañí se refleja en tu humor y la costumbre de ser sencilla mariposa volando entre las escenas de la vida común hace de tu relato una fresca memoria. Por cierto, tengo una vecina de mucha edad que también usa gafas de “culo de botella”. Se asoma al periódico todos los días y pega la nariz a los textos. Yo pienso que la vida, con estas cosas, sonríe a quienes ven la luz a través de los instantes. Un beso. Es el desatino de la felicidad.

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