Siento el aire que me trae tu regreso,
el perfume de tu sombra se me acerca
y lo dejo que me envuelva por entero,
que me llene de ilusión y de placer…
Siento fuego abrazador entre mis piernas,
llama ardiente que me trae el delirio de tu voz,
tu pecho que se agita en vaivén como las olas,
mis cabellos que se pierden entre gotas de sudor…
Siento mi espalda que se arquea como el barro,
en la calma de que venga a moldearlo el escultor
y en segundos de impaciencia sin espera,
arremete en busca de tu pecho como imán…
Siento en tus ojos el delirio de los míos,
la pasión y desenfreno que nos viene a perseguir,
tsunami que desemboca en el candor de mis labios
que por horas nos embragará a ti y a mí…
Siento la estampación de tus manos en mi cuerpo,
cual tatuaje que mi piel pide a gritos sea cubierta
y a falta de manos que me cubran por entero,
es tu boca la que me recorre por completo…
Este texto transpira pasión Namari, lleva el mensaje con fuerza. Me envolví en la lectura. Esos momentos son de esos que no queremos detener y que nos gusta hacer esperar unos segundos para atizar el fuego más. Saludos a la distancia.