Este texto ya está en Vorn desde hace tiempo, pero…regresa para mostrar mi absoluto dolor, ante el juego dictatorial del Obispo de Roma. En su desaforado afán por tender la mano a quienes niegan el Holocausto, vuelve a dar muestras de su ferviente amor por el poder, la pompa y la circunstancia.
Hay hombres que son metáforas de su miedo,
videntes de deidades, apocalípticos dedudores
de una fe que siempre oculta la verdad.
Es en la caridad, en la fusión del amor,
en la entrega, en el fulgor que nace del hombre bueno
donde todo ser encuentra a todos los vivientes.
Cristo no es un cuero desollado,
ni la taquilla abierta para llenar las arcas del creyente.
La gente, enardecida de sangre,
no ve la doliente verdad:
Otra vez le han humillado.
Si cristo resucitara de nuevo borraría a todos los que hablan en su nombre, para volver de nuevo a la tumba.
Se escudan en la palabra suya para apropiarse de las “almas” y sus posesiones, mientras tanto siguen muriendose de hambre miles de niños a diario al cobijo de la dejadez de la iglesia.
Un saludo especial.
El mundo se colapsa, igual que nuestra fe, por seres mezquinos y egoistas que anteponen sus intereses en vez de fortalecer nuestra confianza en su iglesia, con verdaderos hechos y que estos si puedan llamarse actos de amor y compasion como los que una vez Jesus enseño y que al parecer estas personas que predican con su fe falsa, nunca comprendieron realmente.
Saludos