Fantástica culminación.
EN SEVILLA TODAVÍA ESTÁN SOÑANDO.
Valencia se mereció algo más.
Fantástica culminación de una semana perfecta para el fútbol español. En Mestalla, cuando ya se llevaban 70 mintuos de juego, el Valencia estaba clasificado para la final de la Europa League… pero hasta el rabo todo es toro.. y no hay que vender la piel del oso antes de cazarlo; así que en el minuto 94, cuando ya todo estaba decidido, Mbia cambió el rumbo de la Historia. El naturalismo de Bertolomé Murillo venció al impresionismo de Joaquín Sorolla. A veces el fútbol hasta se convierte en Arte. El Valencia se mereció algo más pero solo uno de los dos podía estar en la final de Turín contra el Benfica que también dio la sorpresa ante el Juventus.
Los ches salieron atropellándolo todo a su paso. Desde la salida por el túnel, camino del césped, esa era su consigna. Los valencianistas soltaron toda su traca y los goles fueron llegando como la caída de la fruta madura. En el minuto 13, en el fatídico minuto 13 para los supersticiosos, Feghouli marcó el 1-0 tras un recorte dentro del área; y en el minuto 25, ese minuto siempre tran trascendental cuando se juega la primera parte, Jonas hizo subir el 2-0 en el marcador con un gol cabeza que dejaba la eliminatoria empatada y a los valencianistas subidos ya en el autocar camino de Italia. Sólo faltaba el último bolo-punch para conseguirlo.
La segunda parte era un calco de la primera. El Valencia siguió atacando porque su empuje era producto de esa inercia de los equipos que se sienten superiores a sus rivales. Y llegó el 3-0 en el minuto 69, cuando Mathieu “mató” al sevillismo rematando en el área pequeña. Valencia volvía a ser el grande mientras Sevilla quedaba empequeñecido. Pero hay que ser siempre pequeño para poder crecer y los sevillistas comenzaron a crecer aunque fuese de manera anarquista y haciendo de la guerra un juego de guerrillas. Bartolomé Murillo no había tirado la toalla ante Joaquín Sorolla. El arte sevillano todavía no había terminado su presencia en Europa. Quedaba todavía tiempo para el milagro. El recuerdo de Palop flotaba en el ambiente.
Cuando ya gran parte del público desfilaba cantando “¡Valencia es la tierra de las flores, de la luz y del amor!”, resulta que ya muy avanzada la noche surgió, en el último segundo del duelo, el embrujo de Sevilla, sólo que ésta vez no fue a lo Reyles sino a lo Mbia. Los visitantes habían vencido en el último suspiro del anochecer. En el segundo más largo de la tragedia valenciana el francés nacido en Camerún, Stéphane Mbia Etoundi, usando la cabeza a lo Palop, enviaba a los ches a casa y a los sevillistas los ponía ya en el autobús camino de Turín. Cambio de pasajeros. Era el minuto 94 del partido y sólo quedaba el pitido final. No quedaba tiempo para romper el hechizo y el milagro convertía al realismo de Bartolomé Murillo en vencedor ante el impresionismo de Joaquín Sorolla. Los visitantes andaluces habían convertido su tragedia en una heroicidad propia de Homero. Elevados ante lo imposible, alcanzaron lo inalcanzable: estar en Turín defendiendo los intereses de España ante el Benfica de Portugal.
Y todo ello porque, al alcanzar el 3-0, al Valencia le entró miedo. La anarquía no es recomendable ni aconsejable cuando ya se tiene el triunfo entre las manos; porque resulta que el fútbol se juega con los pies. Fue en el último segundo del duelo cuando los valencianistas se dieron cuenta de ello. Ya no tenían tiempo. Habían merecido algo más pero sólo uno podía ser el vencedor. Los aficionados concentrados en Mestalla se dieron cuenta de que en el fútbol existen misterios que lo hacen inexplicabe. Misterios o tal vez milagros. El fútbol o se juega en serio o se termina por sucumbir. Esta vez les tocó a los favoritos recoger los bártulos y regresar, cabizbajos, a su casa. Lo he vivido jugando al fútbol mcuhas veces. Todos los que se creen invencibles terminan por caer… aunque el Valencia se había merecido algo más.
Ahora sigamos soñando con las machadas españolas. Hablando de machadas españolas fue Don Antonio Machado Ruiz quien dijo: “Hoy es siempre todavía”. Todavía queda la Fiesta final del fútbol español en el año 2014 después de Jesucristo. Nos esperan tiempos y momentos increíbles. La Champion ya es para España. La League puede ser para España. Y en Brasil, España puede ser la mejor y conquistar el Bicampeonato. Lo he vivido muchas veces jugando al fútbol. Es necesario creer en los milagros hasta cuando tenemos un balón entre los pies o nos llega a la cabeza el último disparo de la noche contra las redes de los enemigos que enciende el espacio con los fuegos artificiales. Sólo que la verdad no tiene nada de artificio sino que es la naturaleza plena llevada a la satisfacción de los amantes. En fútbol estamos todavía soñando. Esta vez que se lo pregunten a los sevillanos.