El ajedrez es un deporte

El ajedrez es un deporte

Jaque a la Dirección Vasca de Deportes que lo niega.

Deporte, según el diccionario de la RAE y derivado del latín “deportare” (diversión, recreo, descanso), es toda actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas, o en segunda acepción, toda recreación, pasatiempo, placer o ejercicio físico, por lo común al aire libre. En términos similares se pronuncian la Enciclopedia Británica, Larousse, Lur Entziklopedia, Enciclopèdia Catalana, Encarta o Wikipedia: Un deporte consiste en una actividad diaria realizada con un propósito y en un ambiente diferente al habitual, destinado a la competición, el disfrute, el logro de excelencia, el desarrollo de una habilidad, o una cierta combinación de estos objetivos. La diferencia de la intención es lo que caracteriza al deporte, combinado con la noción de habilidad individual o en equipo.

Lo definitorio de deporte no es el esfuerzo físico puesto en juego, completamente variable entre límites como el atletismo, el tiro o la hípica, sino el carácter de sujeción a unas normas, sin intervención del azar, y donde se acredite destreza en una actividad derivada de la vida común. Justamente la excelencia en la sublimación de lo cotidiano es lo paradigmático del deporte. El lema olímpico “Citius, Altius, Fortius” denota la búsqueda del más rápido, más alto o más fuerte. Coubertin, pedagogo y sociólogo, engrandecía el espíritu de esfuerzo como cualidad vital. El ajedrez emula la actividad humana de lucha más común, la guerra, pero la depura con cálculo, la purifica con creatividad y la enaltece sobre un escenario de escaques y trebejos con insondable belleza matemática. Franklin certificó que “La vida es una especie de ajedrez” y Goethe dictó que “El ajedrez es un desafío para la mente humana”. Un deportista trata de rendir al máximo: El ajedrez, con su ejercitación, permite que sobresalga el potencial mental de concentración, de decisión, de táctica y estrategia de cada persona.

El ajedrez está definido como deporte-ciencia, por la moción del Senado desde el 5 de octubre de 1994, con los votos favorables de CC, PNV, PP, PSOE y CiU. Está reconocido en 156 países como disciplina deportiva, por cumplir los requisitos exigibles: accesible a todos, carácter divertido de juego, principio de rendimiento, regido por reglas, fórmula de competición y presencia internacional. Contiene el indiscutible factor competitivo, con una organización plenamente deportiva (federaciones, reglamentos, árbitros, resultados, rankings ELO), sin que la suerte influya en la prueba y sin depender esencialmente de ningún artilugio mecánico.

El ajedrez, superlativa expresión del sutil equilibrio del lema ‘Mens sana in corpore sano'”, será deporte de exhibición en la Olimpiada de Sydney. El COI ha acogido al ajedrez en el “Movimiento Olímpico”, junto al golf y el rugby, tras comprobar que cumple las normas de no discriminación por raza, sexo, religión, así como los principios fundamentales del Olimpismo: “Una filosofía de la vida que exalta y combina en un conjunto equilibrado las cualidades del cuerpo, de la voluntad y del espíritu. Uniendo el deporte a la cultura y a la educación, se quiere crear un estilo de vida construido sobre la alegría del esfuerzo, el valor educativo del buen ejemplo y el respeto de los principios éticos universales”.

En Euskadi somos más de 7.000 ajedrecistas federados (5.000 en la CAV, 1.500 en la CFN y 500 en Iparralde), agrupados en un centenar de clubs, e incontables los aficionados al ajedrez. Adicionalmente están los millares de alumnos participantes en torneos escolares y universitarios, con sus correspondientes monitores y profesores. El valor del “Ajedrez Escolar” es inigualable, como representativo de lo más inteligente del deporte. Su singularidad es tal que muchos educadores abogamos por su incorporación como materia curricular, además de la opción extraescolar, para favorecer el desarrollo cognitivo y actitudinal a través de su provecho interdisciplinar. Además favorece la integración de colectivos que, por minusvalías (motoras, sensoriales o mentales) o retraimiento, encuentran un cauce perfecto para su incorporación grupal en espacios de deporte u ocio. Igualmente es destacable su validez común para niñas y niños, con independencia de edad, pudiendo competir en un deporte cuya práctica no se veta a nadie. Esta joya lúdico-deportiva ofrece la facilidad de poder jugarse a distancia, por Internet o por correo, entre jugadores diferentes en lengua, edad o cultura de todo el mundo, como pasatiempo o competición, intercambiando movimientos en una notación universal, comprensible para todos.

Los innumerables ajedrecistas, vascos o no, requerimos un análisis más profundo a los autores de tan desafortunado borrador de deporte, para ver más allá del “efecto horizonte” propio de las primeras computadores jugando torpemente al ajedrez, pidiéndoles que no se enroquen en una defensa cerrada que les lleva a la derrota. Sr. Director de Deporte: Cuando se está en jaque y no se puede capturar a la pieza atacante, porque somos demasiados, es mejor no interponer piezas menores que serían comidas prosiguiendo el jaque. Conviene mover y apartar la pieza jaqueada. Hasta ese momento, continuaremos situando nuestros peones en línea, las torres en columnas abiertas, activando alfiles libres y ahorquillando con caballos. Seguro que así ganaremos esta decisiva partida… posiblemente en dos jugadas como en el “Mate del León” (la partida más breve posible).

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