El desvío

Conduzco el coche de una manera mecánica, mientras escucho la música que me ayuda a evadirme de todos mis problemas. Ni siquiera soy consciente de mis movimientos, ni en que momento del estribillo decido pisar el embrague y cambiar la marcha, ni cuando mis músculos impulsan la pierna mientras freno suavemente, y arreglo mi cabello distraídamente mirándome en el espejo retrovisor.

Parezco un autómata, me estoy dejando llevar sin darme cuenta, parece que acierto en todas mis acciones pero mi cabeza anda muy lejos de esta carretera que mis ojos creen que miran.

El camino lo conozco como la palma de mi mano, podría hacerlo con los ojos vendados, sin embargo hoy me llama la atención un pequeño desvío en el que nunca antes había reparado. Freno y lo estudio cuidadosamente desde mi asiento, no hay ninguna señal que me indique hacia donde va, pero la curiosidad me invade. Ahora que me he percatado de su presencia hay algo que me lleva directamente hacía el. No existe prohibición, giro las ruedas a la derecha y me adentro en el.

Me ofrece otra ruta alternativa y añade emoción a la conducción, en un principio parecía secundario y sin embargo me ofrece una visión del paisaje completamente diferente. Vuelo en curvas increíbles, me siento segura sobre su asfalto, los árboles a ambos lados del desvío, le dan un aire bucólico, la temperatura desciende a medida que me adentro en él, deduzco que mi camino habitual no esta muy lejos, pero el desvío parece atraparme y me aleja de él sin apenas darme cuenta.

Miro el retrovisor y observo asombrada como el desvío parece desvanecerse tras de mi, como un espejismo en medio del desierto desaparece ante mis ojos y sus formas se difuminan lentamente. Me esta atrapando, noto como mis manos se aferran sudorosas al volante, no tengo tiempo de tener miedo y mi mente busca una salida, la tengo delante… -pienso-, y piso a fondo el acelerador.

El coche ya no me responde. Siento como me engulle lentamente, mientras consigo distinguir distorsionados los sonidos familiares de mi vida que me llegan del otro lado del desvío.

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