El jazmín de mi madre

El jazmín en la noches cuenta lunas,.
Le indican el pasaje de los años.
En rocíos afilados recuerda:
la vida no es la misma sin su vida.
La muerte de la mano con su muerte
le avisa que poco le queda a su sol,

sol que alumbró caricias que recuerda.
No tiene que contar ya más que lunas;
espera indiferente ya su muerte.
Será en cuestión de días o de años.
Se encontró en el ocaso de su vida
añorando angustias cque hoy él recuerda.

Que ella estaba en un cajón él recuerda,
que ella pasaba internada al haber sol.
Se secó el lago inmenso de su vida;
pese a que la alcanzó con cuarenta años
la marea la llevó entre las lunas.
¿Un presidio o vida eterna es la muerte?

¿Quién puede imaginar su propia muerte?
Nadie logra incendiar lo que recuerda.
Jazmín que también ves pasar tus años,
jazmín que no contemplas más el sol,
te lloran muy dolidas las mil lunas
al verte cabizbajo, muerto en vida,

muerto aún antes que se acabe tu vida,
muerto por ver llegar a ella la muerte,
que lo lleva a contar todas las lunas,
que lo lleva a sufrir lo que él recuerda,
como la muerte extinguió a ella, único sol,
como él muerto estará en eternos años,

igual que sus recuerdos: sólo en años.
Le es absurdo manbtenerse aún con vida,
Le es estúpido continuar sin su sol ;
mejor es que se entregue ahora a la muerte,
matar la gran angustia que recuerda
y así dejar de ver pasar las lunas,

ya no ver en lunas pasar los años.
Él recuerda que solo estuvo en vida,
hasta partir su sol hacia la muerte.

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