El mundo calla

El mundo calla

El mundo… calla.

Y se contemplan imágenes sin voz, sin sonido, sin aliento.
Y se contemplan tus ojos cerrados que acaban de ser abiertos al alma.

El mundo calla.

Y respiro, y vivo y siento y sueño que soy parte de este mundo tan perfecto como inacabado

El mudo calla

y se detienen los ecos lejanos de la ciudad sin nombre.

El mundo calla.

Serena mente

que dibuja incomprendidas formas sin relieve

Serena mente… el mundo calla.

Sereno mundo.

7 comentarios sobre “El mundo calla”

  1. Muy bueno NASIA. Siempre tienes un mensaje que transmites y por eso me gusta lo que escribes pero, sobre todo, cómo lo escribes. El munda calla pero los trenes de la vida siguen descarrilando por querer hacerlo a mayor velocidad de lo aceptable. Este mundo superlativo (¡superlativo mundo de las altas velocidades como ansias y avaricias!) que desea vivir fuera del tiempo, se nos ha escapado de las manos. Serena mente. Serenamente ya sólo viven quienes entienden la existencia como una manera de ser. Pero… ¿qué está siendo la mayoría de la gente de este mundo? Yo ya me planteo si este mundo es habitable o deberíamos crear una Tierra para los “desterrados” que no queremos callar, que no queremos guardar silencio, que no queremos ser cómplices de las canalladas con la que están liquidando los sueños, las esperanzas y hasta las ilusiones de muchos. Por eso, tal vez por eso, el mundo calla para no despertar las conciencias dormidas.

  2. El mundo calla para no escuchar a su conciencia (es la cobardía de los excluyentes) y el mudo habla precisamente porque tiene conciencia (es la vallentía de los excluidos).

  3. Lo voy a decir sin tapujo alguno aunque tenga que repetirlo: En caso de que podamos construir un mundo mejor cuenta conmigo aunque sólo sea de peón y en cuanto a la segunda cuestión, tan relacionada con la primera, el mundo calla para no escuchar a su conciencia (es la cobardía de los excluyentes) mientras que el mudo habla porque tiene conciencia (es la valentía de los excluidos). Si nos ponemos a mirar a una esfera terráquea podemos observar que cada vez parece menos impresionante cuanto más veces la miramos. Y es que nos estamos acostumbrando a observar las pequeñeces de los grandes que nos rodean porque tienen menos valor que nuestros grandes sueños a pesar de lo pequeños que somos.

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