El poeta

En la curvatura silenciosa del destino

se pierden los pasos del poeta,

plumas errantes buscando razones,

inventando rimas y métricas,

voces enredadas en una tupida tela de araña,

ahogadas,

calladas.

Versos complacientes

vertidos en cascadas de palabras

piden rescate a un mundo de oídos sordos,

poemas perdidos en la noche de los tiempos.

Quietud,

silencio.

No hay melodías que aviven los sentidos,

tan solo el clamor resurgiendo

del interior del herido poeta:

¡Sin poemas no vivo…

…sin palabras muero!

Gritos desgarrados que sangran las conciencias.

¿Quién se llevó presa la Luna, musa de los poetas?

Lloran los querubines en un cielo sin estrellas.

Revienten los corazones

derramando al mundo su queja,

que se enciendan las farolas en las calles muertas

alumbrando los caminos

que la noche está “mu” negra.

A lo lejos… en el horizonte

se divisa una silueta,

es la Esperanza que llega

de la mano del poeta.

2 comentarios sobre “El poeta”

  1. Cada vez estoy más convencido de que eres una grandiosa escritora. Has evolucionado tanto que estoy convencido de ello al igual que estaba convencido desde que leí tu primer texto. En otra ocasión comentaré algo sobre el contenido de este poema. Ahora sólo puedo quitarme el sombrero en señal de admiración.

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