Una vida en este mundo -1- (Novela y Guión Cine).

Introducción.

En la Sala de Proyecciones se encuentran los tres hombres maduros mientras escuchan, en completo silencio, la canción.

– Escucha hermano la canción de la alegría, el canto alegre del que espera un nuevo día. Ven. Canta. Sueña cantando. Vive soñando el nuevo sol, en que los hombres volverán a ser hermanos. Ven. Canta. Sueña cantando. Vive soñando el nuevo sol, en que los hombres volverán a ser hermanos. Si en tu camino sólo existe la tristeza y el llanto amargo de la soledad completa. Ven. Canta. Sueña cantando. Vive soñando el nuevo sol, en que los hombres volveránn a ser hermanos. Si es que no encuentras la alegria en esta tierra, búscala hermano más hallá de las estrellas. Ven. Canta. Sueña cantando. Vive soñando el nuevo sol, en que los hombres volverán a ser hermanos.

Al terminar la canción, Félix rompe el silencio…

– Buenos días, hermanos. Estamos hoy aquí los tres reunidos para ser totalmente imparciales en nuestra decisión al otorgar el Premio de “Una vida en este mundo” al único ganador de los 12 vídeos que nos han llegado dentro del plazo establecido según las bases del Concurso. El tiempo es necesario y es necesario no perder el tiempo. Son 12 vídeos de los cuales no sabemos nada más que nos cuentan la vida de 12 personas. No sabemos ni de dónde provienen ni quiénes son sus autores. Estoy plenamente seguro de que cualquiera de los 12 se merece el Premio; pero no podemos más que otorgarle la victoria a uno solo de todos ellos.¿Cómo ves tú el asunto, Alex?
– Estoy plenamente seguro de que vamos a presenciar toda una cascada de tragedias humanas, pero lo chocante del Concurso no es que triunfe alguien sino que todos ellos hayan sabido que tienen algo muy importante que decirnos… así que debemos ser totalmente honestos a la hora de decidir cual de estas 12 historias se convierte en “Una vida en este mundo”.
– ¿Y tú qué opinas, Hendrix?
– Todos los concursantes son honrados. Eso es, al menos, es lo que les imponemos con nuestras condiciones escritas en las bases del Concurso. ¿Podemos, de verdad, imponerles esa condición o no tenemos suficiente moral para hacerlo, Félix?
– Nosotros no hemos creado la tragedia, Hendrix. Cuando Homero escribió “La Ilíasda”, la tragedia ya estaba creada; así que no debemos someternos al masoquismo de tener que imponernos ninguna clase de culpabilidad.
– ¿Y qué pasará con los 11 que queden eliminados? ¿Quiénes podrán ver y escuchar sus tragedias?
– En la vida hay algo más quehacer que lamentarnos por todas las desdichas humanas, Alex. Sólo podemos dar luz a uno de ellos. Y no nos podemos quejar por tal cosa. Cuando tuvimos la idea, los tres lo teníamos muy claro, pero ahora la oscuridad que existe es la que nos obliga a ser nosotros mismos sin máscaras de ninguna clase. Sabíamos que podría ocurrir; así que no podemos lamentarnos.
– La canción que hemos escuchado todavía me resuena en el interior de mi cerebro, Félix.
– ¿Y qué crees tú que está sucediendo en el interior de los cerebros de Hendrix y de mí?
– ¡Un momento! ¡Un momento! ¡No podemos limitar las experiencias ajenas… pero el Concurso nos lo impone!
– Luego hubiera sido mucho más fácil si hubiésemos hecho lo que hacen otros muchos que dan el Premio de sus Concursos a alguien que tienen ya predeterminado y que ni tan siquiera se molestan en leer las obras de los demás porque ya lo tienen otorgado antes de concursar. Hubiese sido mejor si nosotros hubiéramos hecho lo mismo.
– ¡No, Alex, eso no es honesto!
– Estoy de acuerdo contigo, Félix, en que hubiese sido mucho más fácil, pero Hendrix ha dicho una gran verdad.
– ¿Es una gran verdad descubrir las grandes mentiras de los Grandes Premios otorgados ya de antemano antes de competir en igualdad de condiciones?
– Es una gran verdad, Félix.
– Nosotros somos distintos.
– ¿Es que nosotros somos dioses, Félix?
– Ahora mismo tenemos un gran poder en nuestrras manos, Alex, y en ese sentido podemos decidir el futuro de una persona e incluso el destino de esa persona y de millones de seres humanos que pueden llegar a ver y escuchar la realidad de esa persona. ¿No es eso ser dioses?
– ¡”Una vida en este mundo”! ¿Qué es, en realidad, “Una vida en este mundo”?
– Puede ser, por ejemplo, despertar conciencias a través de la experiencia humana. ¿Qué hay más digno en esta Tierra que poder conseguir todo eso?
– ¿Algo así como una fascinante compasión, Félix?
– Posiblemente sí, Alex, posiblemente vayamos a otorgar un Premio que encierre, dentro de sus límites, una fascinante compasión hacia alguien que nos necesita de verdad.
– Yo sólo puedo razonar que quien gane debe ser alguien que refleje de verdad su mundo. Y aquí nos encontramos con una especie de callejón sin salida. El mundo de cada uno de estos 12 autores es su mundo y estoy totalmente convencido de que reflejan verídicamente sus mundos. En este sentido, surge una incoherencia, Félix. ¿El mundo de cada uno de los 12 participantes es nuestro mundo? Porque si no es nuestro mundo yo creo que no estamos capacitados para comprenderlo.
– Podemos comprenderlo y hasta entenderlo si nos introducimos dentro de cada una de las 12 historias.
– ¿Y dejar de ser quienes somos?
– Eso es, Alex. Tenemos que dejar de ser quienes somos para poder comporender y, sobre todo entender, cada uno de estos vídeos.
– Hasta que llegue el veredicto fatal.
– Escucha, Hendrix, hasta que llegue el veredicto fatal sobre lo que es justamente lo contrario…
– No entiendo eso, Félix…
– Si ignoramos el dolor ajeno no somos verdaderos humanos, Hendrix, así que el veredicto fatal sólo puede ser justo si vemos la fatalidad de cada uno de todos estos autores y somos capaces de transmitirla al resto de la humanidad. En ese momento, si lo conseguimos, la fatalidad deja de serlo porque consigue realizar su propio destino. A partir de esa circunstancia hemos cumplido con nuestra obligación.
– O sea, Félix… que vamos a ver la tragedia de cada uno de ellos para decidier cuál es la que más proyección tiene de cara al futuro…
– ¡Eso es, Alex! Lo más destacado de nuestro Concurso no es quién vence sino quiénes son los vencidos para que alguien venza. Es la vida real, compañeros.
– ¿Y no es eso destructivo para los perdedores?
– Ninguno de nosotros sabe, en realidad, qué es ser un perdedor.
– Yo tengo aqui un párrafo sacado un texto de un escritor todavía desconocido para muchos millones de personas pero no para todos. Ha escrito lo siguiente: No hablo por los demás. Hablo por mí y por lo vivido por mí. Y me dirijo especialmente a quienes siempre resultaron ser perdedores en esta absurda vida que los poderosos han dividido en vencedores y vencidos. Equivocaciones más grandes no pueden existir. Han dividido a los seres humanos en dos bandos: a la derecha han colocado a los grandes ganadores y a la izquierda han colocado a los pequeños perdedores. Grandezas humanas. Vanidad de vanidades. Pequeñez humana. Injusticia social. ¿Has comprendido ya, ahora, que es Dios quien está haciendo ya esa labor de equidad que prometió Jesucristo cuando dijo que su Padre lo haría?
– Entonces no hablemos más y pasemos a observar detenidamente estos 12 vídeos. Al final, si somos verdaderamente honestos, podremos descubrir si lleva o no lleva razón este autor todavía desconocido por millones de seres humanos pero no por todos. ¿De acuerdo, Alex?
– De acuerdo, Félix.
– ¿De acuerdo, Hendrix?
– De acuerdo, Felix.

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