El silencio de los corderos.

Desconozco el momento en el que el ser humano precisó de líderes. Les entregó un poder y una potestad inmensa. Poder humano y poder divino, dos acuerdos extraordinarios. Hoy reflexiono sobre los derechos humanos. ¿Tenemos necesidad de ellos? No es una pregunta sin sentido, es mi profundo temor. Los derechos se lograron, no fueron un invento que se acumuló con los siglos. Duele contemplar que los “derechos divinos” coloquen al hombre entre la espada y la pared. Duele presentir “miles de muertes” para que el equilibrio del universo proteja a unos pocos. La visión de los “dioses” no aparece por ninguna parte, porque la Fe o las Fes…son impactos de bala que impulsan a las masas hacia el genocidio. La Paz va pasando de moda. Vale más el cuidado de una mascota…La Soledad blindada entre pieles y peluquería semanal…no dan para mucho. ¿Qué derecho asiste a un joven que no cree en el futuro? ¿Qué filosofía consuela el dolor ante el derecho a una muerte digna? Todos los caminos llevan a Roma, y lamentablemente…muchos de ellos están en total mal estado.

3 comentarios sobre “El silencio de los corderos.”

  1. Como los corderos muchos mitigan su sed en fes de fantasmagóricas asunciones, ya que los líderes se empeñan en hacerles abrevar derechos mutilados por la filosofía de la desesperanza. Quizás los líderes aparecieron históricamente, querido compañero, cuando los hombres crearon la necesidad de hilvanar alocuciones con los dioses de la moda… y por eso la Paz quedó en el desván de las Utopías.

  2. El silencio del cordero, es una reacción valiente ante la inminente muerte, al sentir el olor a sangre fresca del que le precede, inclina la cabeza y se resigna, no hay engaños ni temor, esa es la vida.
    El que entrega su voluntad a Dios, dioses o profetas, vive muriendo en cada esquina, su mente llena de temores, nutre irrealidades aprendidas, de vanas esperanzas de otra vida, y al ver el fin de su camino, espera paraísos inexistentes, sin saber que desdeño la vida, por temor a enfrentarse con la muerte.

  3. La naturaleza del cordero eleva su silencio a la categoria de sublime, porque al ser “comido” nutre a la comunidad. El silencio es la vida y sus determinadas constantes que son lo que “son” y todo lo demás es accesorio. Lo doloroso es que la vida, siendo la misma para todos, viva en confusiones totalitarias, y halle su final en un continuum de silencio y anonimato. Agradezco tu escrito: es la síntesis de una “verdad, real y cierta”.

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