En ocasiones, en ese ser casual, en el encuentro inesperado, prolongamos la sensación de alguien. Hoy quiero escribir para ti y sobre ti, porque eres el tema, porque eres la sugerencia, porque tú serás capaz de captar que lo aquí escrito es para ti.
No puedo describirte físicamente, tampoco creo que sea muy voremiano, pero…has ido dejando senderos, trazando surcos, e incluso elevándote sobre la misma selva para contemplar el esplendor de su alma verde. ¡Qué bien escribes! ¡Qué bien sabes escribir sobre lo que tu corazón conoce! ¡De qué forma generosa dejas que tus historias formen la copa extensa de un arbol cuajado de brotes.
No podría escribir de otra cosa, sino de lo que eres capaz de comunicar, transmitir. Al igual que los seres que se multiplican, alcanzas el gozo del escritor que fuerza su expresión hasta el límite; en otro momento, das un giro y tornas hacia el consejero que valora y amplía la reflexión o el texto presentado. En otras…un liegero silencio, deja ver la cadencia de lo más profundo, de que nadie alcaza a saber, sino sólo tú.
Para mi es una dicha poder descubir que sé de ti lo que las palabras me dictan. No alcanzo demasiados desafíos con las palabras que son como acéanos, y me quedo en los escalones que suben y bajan por la larga escalera del hoy, ayer y el mañana.
MI gran reflexión es amencer, que como bien reflejaba la película…”no es poco”. Me gusta detenerme y observar el paisaje de recuerdos presentes, donde tú ocupas el horizonte del viajero, del héroe de otros tiempos, el guerrero del antifaz, capaz de hablar con Bogart y hacerle sonreir, no con ironía, sino con sonrisa amplia y quitándose el sombrero.
¡Va por ti!
Un comentario sobre “Elogio anónimo por su gran humanidad”
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Amistoso compañero grekosay. !Qué grande es el camino que se abre a todos nosotros y nosotras a través de este misterio de conocernos dentro del desconocimiento… que es la manera más hermosa para descubrirnos. Yo, a la vez, también descubro mi sombrero para brindarte un aplauso por los conejos mágicos del viento… y así… sintiéndonos sólo aire de la estepa… llegaremos a saber que este es un planeta lleno de encantos a pesar de que alguna vez se nos pueda escapar… pero para eso estamos y para eso vivimos… para sentir la necesidad de ser tan ligeros como la brisa de una sonrisa. Yo elevo la copa de mi pluma por tí, eterno compañero más allá…