En una servilleta azul…

En una servilleta azul yo las dibujaba; yo las dibujaba. Se oían los ruidos de las palomas en el palomar y el mugir de las vacas paseando hacia el prado verde y yo, en una servileta azul las seguía dibujando, las seguía dibujando. Todavía no tenía hijos pero Dios me preguntaba que si quería un niño varón. No le pedía con la voz a mi Dios Padre nigún hijo varón, llevando así la contraria de lo que sólo deseaba mi madre… porque en una servilleta azul yo las dibujaba, yo las dibujaba…

En una mañana de distancia triste y de soledad… !Dios me regaló, gracias a Lina de los Ángeles (Liliana)! la primera princesita de mi vida. Es hermosa. Es linda. Es bella. Y la pusimos de nombre Leslie Carolina. Era el primer regalo que Dios me daba a través de mi Princesa.

Y yo una servilleta azul las dibujaba;: yo las dibujaba. Se oían los vientos cálidos y silenciosos y el volar de los gorriones y el oleaje del mar y yo en una servilleta azul las seguía dibujando. Oí la voz de Dios Padre: ¿un varón?. Todos los ajenos, incluso mi madre y el falso adivino, querían que fuera un varón. Pero yo en una servilleta azul las seguñia dibujando… las segu0ia dibujando. Y nació en las cercanías de mi corazón y entre las urgencias del tiempo. Y Dios me regaló, gracias a Lina de los Ángeles (Lilina) la segunda princesita de mi vida. Es hermosa. Es linda. Es bella. Y la pusimos de nombre Carla Andrea. Era el segundo regal que Dios me daba a través de mi Princesa.

Madrid, claro que sí… Madrid…
Ya soy feliz. Ya he terminado de dibujarla, en una servilleta azul, a las tres. Y es que en una servilleta azul, dibujando sueños, Dios hace milagros cuando te pones a dibujar rostros y cuerpos de Princesas y Princesitas…

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