Esta pequeña ONU.

Una irlandesa, un japonés, un argentino, un cura filipino, alguna que otra latina americana, un mogollón de españoles y de españolas de toda clase de regiones, comarcas y lugares más o menos conocidos o desconocidos, y yo que no sé de qué planeta vengo, en qué planeta estoy y hacia qué planeta voy a ir a parar. Pero no paro. Me ha dado por copiar, desde el primer día que entro en las aulas, todo… absolutamente todo… y ante el asombro de los “profes” y de las “profas” mi mano va a mayor velocidad que sus voces. Escucho voces pero me entrego tanto a la labor de copiarlo todo que me sumerjo en el mundo de mis mágicas imaginaciones. Y es que he aprendido, desde el primer día que entro en las aulas universitarias, que un periodista sin imaginación es como un ratón sin peso; o sea esmirriados mentalmente del todo como les sucede a más de uno. Peso a peso sopeso las distancias que existen entre los destacados que somos muy bien hablados y los que sueltan palabrotas cuando no les queda más remedio que abandonar los estudios.

Como resulta que lo copio todo en todas las materias y como resulta que soy muy despistado se me ocurre la genial idea de que, a falta de cuadernos apropiados, mis apuntes pueden convertirse en cuadernos inverosímiles por lo genuinos que son. Decido comprarme una caja completa de rotuladores “Carioca” y con ellos elaboro cada cuaderno de apuntes con portadas de colores diferentes (un color para cada asignatura) para no confundir, por ejemplo, la “Teoría de la Comunicación” con la “Teoría de la Información” que, aunque sea casi increíble, son dos asignaturas diferentes, Y para no confundir la “Literatura Española” con la “Literatura Universal” o la “Historia del Pensamiento Humano” con las historias que se me ocurren para salir del paso cuando el paso parece que se me cierra…

Sigo anotando todo y sigo sacando toda la carrera de Periodismo a fuerza de aprovechar al máximo las palabras de los “profes” y las palabras de las “profas” y a fuerza de hacer trabajos macrocósmicos en medio de este microcosmo universal que, en lugar de una aula universitaria, es toda una pequeña ONU donde los del Opus Dei me amenazan con superarme porque tienen el apoyo de los medios de comunicación de masas. Lucho contra los medios de comunicación de masas e invento mi propio sistema de comunicación (Esquema Orero) al cual llegaré, estoy seguro, una vez que ya sea Licenciado.

De momento, sigo apuntando todo ante el asombro de esta pequeña ONU en la que incluso entra un pastor alemán. Parece mentira pero es verdad. ¡Guauuuuu! ¡Esto parece Jauja y lo pienso aprovechar para crecer un poco más entre toda la espesura de esta selva en donde me he introducido y de la que pienso salir, sano y salvo, con el título correspondiente. Y es que me da por pensar que soy un Grande de España en medio del caos generalizado. Por eso recuerdo al general Gordejuela con quien hice la mili mientras lo sigo apuntando todo.

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