Evocación en el Silencio

De mi corazón hacia ti,
una idea confusa que nace del amor.
Es la brisa tu consuelo en mi rostro
y lo sé, porque calla cuando le pregunto.
Si no te hubiera amado,
mi silencio roto hubiera sido hojarasca
de árbol, o gota inerte, o anuncio del miedo.
Es la noche tu consejo,
y me alcanza el alma al padecer sin luz.

La flor que toda esencia lleva
alivia este peso, tu perfume de sándalo
o incienso sobre el pedestal del tiempo.
Vine a ti y te hablé de mi desesperanza,
de los hijos perdidos entre llantos,
de ese suspirar la ausencia de más tiempo.
Nada me respondiste,
fuiste luz sobre el límite del tiempo,
amanecer a mis ojos,
despertar de mis palabras.
Hacia ti elevo la plegaria de quien calla,
el silencio roto de una oración constante.
Alcanza, en virtuoso instante,
a ser de nuevo la memoria olvidada
de quienes vagan tras tus pasos perdidos.

Un comentario sobre “Evocación en el Silencio”

  1. Magnífica evocación. Mucho se habla del silencio pero muy pocos saben de su verdadera vocación/evocación. Si yo fuera Umbral (que ni lo soy ni intento serlo porque no me gustaría ser otro distinto a mí) diría evocación/invocación pero no… me gusta leer tu textos como vocación/evocación y algo mucho más: que tras los pasos perdidos siempre nos encontramos cómo las sombras (cuántas veces hemos hablado tú y yo de las sombras) se nos convierten en luz.

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