Gran pájaro blanco.

Cuando el gran pájaro blanco vuela,
lleva las ilusiones de una multitud en sus entrañas,
son el clamor de infinidad de pequeñas cosas,
que bullen como alma impenetrable en su interior,
es un espíritu complejo puro que se eleva hacia el cielo,
hay veces que miro para arriba y veo el resplandor de alguno,
a veces en la noche veo sus luces en lo alto parpadear,
son entes complejos metálicos cargados de sueños,
de esperanzas de deseos incumplidos aguardando.

El Domingo murió bajo un amasijo de hierros la hija de una amiga,
eran cinco pepineras almas leganénses de 19 años en espera de una vida,
hoy se escapan bajo el humo del incendio incontables almas viajeras,
desconocidos compañeros de un viaje ciertamente sin retorno,
de una vida sin edad con un destino verdaderamente incierto,
la vida y la muerte son un irreal baile de máscaras negras,
nunca sabes al lado de quien puedes estar marcandote el vals,
siento un hondo vacio en mis entrañas imperfectas imperturbables,
padezco la inseguridad de un neonato sometido a un abandono total.

Los hombres se han juntado en la desgracia del gran pájaro,
intentan vaciar sus entrañas extraer la vida de su interior,
sacar a flote la dignidad que incluso estando todo oscuro lo habita,
el poco hálito vital que todavía insufla su ennegrecido núcleo central,
el ser humano ese eterno desconocido que siempre es capaz de lo peor,
y al mismo tiempo es capaz de aparecer en el momento más oportuno y entregarse,
y los voceros y los mercachifles de turno de mañana tarde y noche,
siempre ávidos de noticias crueles fatales de cronica negra mortuoria,
viviendo de la carroña de la inmundicia aprovechándose del sufrimiento ajeno.

Cuando el idolatrado gran pájaro blanco cae al frio e inhóspito suelo,
todos echamos algo en falta y la lágrima fácil nos asoma enardecida,
los sentimientos apesadumbrados nos asoman sin el menor recato,
nos volvemos buenos por tristeza del sentimiento afligido presunto,
el pudor nos hace seguir sendas holladas trazadas por nuestros ancestros,
que nos hacen acercarnos más al auténtico creador de vida si es que lo hay,
hacen que nos sintamos por unas jornadas seres vivos más humanos y perfectos,
somos personas ideales que nos sentimos más cerca de nuestros congéneres,
pero da igual mañana todo pasará sera sólo historia que vivirá en el recuerdo.

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