Hambre

La cascada frenó en seco el goteo del agua. El Pueblo murió por el hambre y los campos se llenaron de malas hierbas. El jornalero trabajó toda la mañana en la tierra del amo, que le azotó por comerse una aceituna. Y con cada latigazo alimentaba la ya rota espalda del hombre. Dolor al dolor, que no hay espalda que sufra tanto como la que sufrió tantas veces. El amo suda. La mujer limpiará otra vez su camisa azul.
Mujer del pueblo, no será la única camisa que remiende hoy. Y con cada puntada sus dedos reciben el dolor de cada latigazo centuplicado por el odio.
Odio a lo que crece dentro, muy dentro, y no reconocerá en esa espalda rota a su padre.
Sólo por el hambre, por la cascada que dejó de manar.

La tierra pequeña pasó a manos grandes, y la familia huyó al norte, al mar. Tragará carbonilla en su mina, las patatas serán arrancadas de la tierra por manos callosas.
Una niña de dentadura intermitente llora a la puerta, su hermana murió. Su madre no tiene tiempo de llorar. Se oyen gritos que anuncian cambios. Muerte cae del cielo, los obuses son extraños a esa tierra, pero no las explosiones. Vuelan barreños, todo será rojo al amanecer, como lo fue con la ilusión.

Sol a Sol, golpe a golpe. La tierra abre su seno. La mula ahora cojea por la piedra en su camino, mañana no tropezará con ella. Aprieta Helios, piel roja. Guerra, Tierra Quemada. Soldados que arrasan campos. Pobreza sobre pobreza. Inocencia sacrificada en el altar de la patria.

Un salto. Miles de saltos. Millones de saltos. Un hambre voraz. La ola negra avanza. Golpes frenéticos, corriendo. Cae la guadaña. Una noche, otra, otra más. Manos que sujetan en sus dedos lágrimas. Son manos gruesas. Hambre.

Un comentario sobre “Hambre”

  1. !Excelente por lo que tiene de canto denunciador despojado de artilugios lisonjeros!. !La Tierra clama el dolor de sus gentes, las gentes que quedan calcinadas por el hambre de las injusticias!. Un abrazo.

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