!Hasta siempre, Telmo!.

La historia del Athletic Club de Bilbao ayer se vistió de luto. Ayer murió, a los 85 años de edad, una de las leyendas más épicas y trascendentales del fútbol vasco, del fútbol español y del fútbol mundial. Ayer murió, en la ciudad de Bilbao, Telmo Zarraonaindía Montoya, conocido en el planeta del fútbol como “Zarra”, el que metía los goles… el de los fantásticos goles marcados de cabeza… el del mítico gol a Inglaterra (que no fue con la cabeza como muchos creyeron por un tiempo sino con el pie) en el Campeonato Mundial de 1950 (nada más y nada menos que en el Maracaná de Río de Janeiro). “Zarra” es, todavía el máximo goleador de la Liga Española de todos los tiempos (con 253 goles en 279 partidos) y de Copa (con 81 goles en 74 partidos). Un goleador como no lo ha habido nunca… y por eso en los 20 partidos que jugó con la Selección Nacional de España marcó 20 goles (a 1 por partido) que es récord inaudito pero real.

Durante 15 temporadas vistió la camiseta del Athletic Club de Bilbao (a donde llegó procedente del Erandio de Segunda División). Allí estuvo jugando desde 1940 hasta 1955 y después jugó un año en el Indauchu y otro año en el Baracaldo. Y se retiró en 1958. Pero toda su trayectoria está marcada por haber sido el ariete goleador de aquella ya mitológica delantera bilbaína (Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza) que todos los aficionados al fútbol la sabíamos de memoria.

Yo no ví jugar a Zarra. La primera vez que supe de fútbol (en 1956) ya no jugaba en el Atlético de Bilbao (se acababa de ir del equipo) pero este club fue del que me enamoré y del que me hice seguidor fiel “por siempre y hasta siempre pase lo que pase”. Yo no tuve en los cromos de mi infancia la figura de Zarra (mis cromos del Bilbao tenían como delantera a los también inolvidables Arteche, Uribe, Arieta, Marcaida y Gaínza) pero sus gestas deportivas eran, en mi primera infancia, tema de tertulia y conversación en los bares y cafés cuando ya se iniciaban las míticas leyendas del hispanoargentino Alfredo Di’Stéfano en el Real Madrid y del hispanohúngaro Ladislao Kubala en el Barcelona.

Zarra pasa ya a la historia del fútbol español como uno de sus más insignes referentes, como uno de sus iconos más representativos, como una de las figuras más carismáticas del balompié en nuestra patria. Este conquistador de 1 Liga y 4 Copas de España quedará ya inolvidable para todos los aficionados al fútbol. Y en la Catedral de San Mamés (el terreno de juego de los leones bilbaínos) el próximo domingo se hará el consiguiente silencio para despedir y recordar a uno de los más idolatrados jugadores de la camiseta rojiblanca y el pantalón negro de los héroes del Bilbao… mientras en el éter del aire aún resonará el eco de la voz de Matías Prats. “Coge el balón Gabriel Alonso, se lo pasa a Gainza, éste lo envía de cabeza hacia el área, lo deja pasar Igoa, falla un defensa inglés, llega Zarra y chuta… ¡Gol!. ¡Gol de España!”. Habíamos ganado por 1-0 al temible conjunto inglés y eso sirvió para quedar clasificados en el cuarto lugar del Campeonato. Hazaña que junto con el triunfo en la Copa de Europa ante la URSS (con aquel inolvidable gol de cabeza de Marcelino) son las más grandes cotas alcanzadas por la Selección Española de fútbol en su categoría de profesional.

Recuerdo una vez más la delantera que tanto escuché en mi infancia: Rafael Iriondo, Venancio Pérez, Telmo Zarraonaindía, José Luis López Panizo y Agustín Gainza. Ya se han ido todos de esta Tierra excepto Iriondo que cuenta hoy con 87 años de edad. Panizo se fue en 1990, Venancio lo hizo en 1994, en 1995 le tocó el turno a Gainza y ahora, en 2006, se va Zarra… y sólo queda Iriondo como testigo secular de aquella inolvidable delantera que todos los aficionados de España la repetía de memoria sin equivocación alguna. Incluso a Zarra se le llegó a nominar “la segunda mejor cabeza de Europa después de la de Winston Churcill”. Por su extraordinaria y portentosa capacidad de meter goles cabeceando el esférico fuera del alcance de los guardametas.

Adíos, Telmo… la Historia ya cuenta contigo para siempre…

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