Con el paso del tiempo valoro la gran importancia de la libertad obtenida, en tal día como hoy. Todo aconteció entre tinieblas y medias verdades. Todo parecía desmorarnarse, entre ignorancias y extremosas expresiones de dolor. Cuando todavía la libertad asomaba, el pálpito de la fuerza deseaba imponerse sobre los derechos de todos a decidir. Ese día permanece “señalado”, porque todo él…se rodeo de la terrible parafernalia de las armas, de la violación de la verdad, de la más miserable de las dejaciones. Quizá ya sean muchas las versiones que hoy pueden leerse en la prensa. Nombres y datos, miedo y temblor. Lo que quiso ser nos mostraba el calibre de quienes se aferraban con voracidad a la estrechez de pensamiento. El volcán llego casi a estallar…y sus cenizas se extendieron por toda la Piel de Toro. Cualquiera de nosotros, hoy puede pedir la palabra, porque todavía…la libertad sigue creciendo y frente a la dureza de muchos frentes reaccionarios, frente al integresismo de la política vaticanista, nadie deja de ser quien es y ningún extraño milagro le designa para erigirse en mensajero ni de dios ni de una Patria inventada.