El me dijo, en tono grandilocuente, que por el amor de aquella mujer había cruzado el mar helado sólo por verla.
Me quedé perpleja. Luego me dí cuenta de que no quería decir necesariamente que hubiese ido a nado. Iría en un barco y bien abrigado, como buen castellano viejo que es.
No se lo pregunté, como tampoco le pregunté en qué había parado aquel amor…
4 comentarios sobre “Heroicidad”
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Jajajaja. Un comentario muy irónico.
Porque hay quien cree que un “gran” gesto es una heroicidad (así lo debía creer tu amigo) y no se dan cuenta de que el verdadero héroe es el que soporta la diaria rutina, la mediocridad, la falta de medios, etc.
Creo que la respuesta ya se ha dado en ese momento. Los sacrificios a veces son necesarios, no para que hablen bien de uno ni para que lo exalten y quedar de ejemplo, los sacrificios nacen del amor, por la felicidad de esa persona que verdaderamente amamos y por supuesto, un sacrificio siempre termina en compensacion con uno mismo, es decir, que por mas luchas que sangremos por un sacrificio, al final nuestra remuneracion nos compensara la sangre perdida e incluso hasta siete veces mas. Un abrazo a distancia Carlota.
Hay quienes cruzan mares helados en humildes barcos de vela y en medio de noches ventiscosas y sin embargo sólo son héroes para quienes se han cruzado en su caminar. Los otros son de avión y abrigo…
Hiciste bien en no preguntarle. Te diría que aquel amor quedó completo. Seguro. En una mansión con lujosa chimenea a todo crepitar.
Pues no, Diesel, ese amor se disolvió en la nada. Porque fue un amorío. Un amor es otra cosa.
Un abrazo.