Horas blancas de la vida
entre los días del sueño.
Una porción de aventura.
Un soneto.
Sopla el viento
mientras la luna escucha
la narración de un cuento.
Tres puntos suspensivos del alma
en el profundo sentimiento
de las olas que, en calma,
son el concierto
de las canciones más grendes
del pensamiento.
Horas blancas…
horas blancas de un momento.
Muchas gracias. Me dáis aliento. No porque os parezca bueno el poema sino porque lo decís de corazón. Ese es el verdadero aliento que necesitamos los poetas y las poetisas y nos los grandes premios comerciales del “merchandising”.
preciosas horas de pura poesia, un besazo
No soy argentino pero nada más leerte me vino a la cabeza el adjetivo de reeelindo.
Precioso.
Surge poco a poco como emergiendo del fondo del mar.
Un fuerte abrazo mi buen amigo.