No acierta el universo a dar medida de su asombro,
y la vanidad de los hombres es su ilimitado afán.
Aprendamos de la hoja, de su tiempo medido,
del sonoro momento en que desciende
y ahora es suelo.
En ese levedad persiste la nostalgia y el silencio,
las ventanas cerradas, los balcones quietos
y la luz penumbral.
Hay vidas que se unen en sonoridad constante
y el equilibrio se ejecuta desde el vértigo.
¡Nos duele vivir en la clara consciencia del tiempo medido!
Pasos sobre el suelo. Lo sonoro se escucha en reflexivo juego
de notas disonantes.
¿Qué discurre detrás de la ceguera?
El miedo. No ejecuta su ritmo, sino afilia el arco
de suv iolín tan humano.
Una nota prolongada.
Y ya es mañana.
2 comentarios sobre “Instante en la levedad: lo sonoro”
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Bravo, maestro.
Como siempre, profundo.
Aún más, de una delicadeza exquisita en la reflexión: El tempo de la música, el tiempo de la vida.
Bellísimo.
Se desprende el paso de un corazón melancólico como destino para la interpretación de u gesto que impregna de sabor a tu texto. Un sabor a mil hojas caidas en un bosque amarillo y otoñal. Una raíz de vida. Una línea de melancolía con dobel direccíon: la oda-ida hacia el silencio y la envuelta-vuelta hacia el mañana. !Muy bueno!. !Excelente, compañero!.