La absenta o ajenjo, bebida originaria de la Provenza, fue en el siglo XIX y comienzos del XX la bebida preferida de los artistas. Pintores y literatos como Toulouse-Lautrec, Van Gogh (que se cortó el lóbulo de una oreja bajo los efectos de esta bebida y se lo regaló a una prostituta), Picasso, Baudelaire, Hemingway, Degas, Manet y Oscar Wilde (que inmortalizó la bebida ahora rehabilitada al plantearse: “¿Cuál es la diferencia entre un vaso de absenta y una puesta de sol?” parecen haberla utilizado sin mucha moderación, ya que creían que les ayudaba a acrecentar su inspiración. Se la llegó a llamar “bebida maldita de los modernistas” y se creyó que era causante de ataques epilépticos. Ha estado siempre rodeada de un halo de misterio y de romanticismo, que aún persiste.
Esta bebida, que procede de la planta “Artemisia absinthium” y que puede tener una proporción de alcohol de hasta el 89,9%, fue prohibida en Francia en 1915 y hoy en día aún se halla en la lista negra de algunos estados de EEUU. En Europa, sin embargo, se vive un renacimiento de su consumo en estos primeros años del siglo XXI y en muchos círculos vuelve a estar de moda el consumo del “hada verde”.
Como planta medicinal, la planta tiene ciertas virtudes medicinales para el aparato digestivo y tambien para el aparato reproductor femenino. Avicena, el renombrado médico hispanoárabe del siglo XI, lo prescribía “para calmar a las mujeres agrias y biliosas”.
La primera vez que oí hablar de la asenta me vino de mano de un músico llamado Marylin Manson. ¡Vaya, no sabía que tenía tanta historia el asunto! Ahora pillo por que lo hace (al señor Manson le encanta hacerse el caballerito)
En fin, no te irás a dormir sin saber aaalgo nuevo.
Este texto me ha hecho recordar mi juventud, bajando a tomar copas del espiritoso y dulce licor de absenta en la Plaza del Dos de Mayo y aledaños, en la zona del barrio de Malasaña en Madrid. Eran tiempos de inicio de democracia, en las que el fumar Marihuana y porros y beber absenta eran cosa común entre la juventud de aquellas zonas. No se si sería por ver que había llegado a su fin la dictadura, pero esa época la recuerdo como una vivencia ,de conocimientos, que no abriamos ni soñado en otras circunstancias. En aquella zona también se movía mucha gente bohemia.
Muy interesante el texto.
Un saludo.
Pues ya ves tú por donde, a mí me gusta Marylin Manson. Dejando aparte su pinta estrafalaria y hasta tétrica, me gusta su música y hablando demuestra tener cultura y sentido común. Quizá me hayan pervertido…
La zona de Malasaña sigue igual. Yo voy a veces por allí porque tengo un familiar que vive en una de las calles que dan a la Plaza del Dos de Mayo.
Recuerdo las movidas del barrio Malasaña y la Plaza del Dos de Mayo. Lugar de esparcimiento para la juventud de la predemocracia… qué tiempos en que todo era lugar para las circunstancias del tomar una copa con los amigos. La absenta tiene historia e historias.
A mí me encanta su excentricidad. Su “mirame, soy diferente, y me gusta” aunque se haya vuelto algo comercial.
En cuanto a su música adooooro a John 5 que era su guitarrista hasta hace poco, así que más de lo mismo. Un saludico!