Se me ocurre que esos libros que salen al mercado y alcanzan cimas increibles de ventas, de público de intriga…son el producto de algo más que el buen hacer de un autor. El Código Davinci me defraudó; encontré tantas imposibilidades, tanta necedad que opté por no leerlo. Descubró que ha salido el tercer libro de este prolífico autor: La Conspiración. Presiento que será todo de lo mismo y que el final nos prepará para un cuarto y un quinto…donde, una vez conscientes de que el Universo se va a derrumbar entre nuestra impotencia, no quedará títere con cabeza. ¡¡¡El tiempo es un producto de consumo!!!¿Por qué no elegir buenas historias?