El pasado sábado me perdí en una librería. Me perdí…en el sentido figurado, porque todo ese orden que implica una libreria no te da para muchas aventuras en el laberinto. Imaginé la cantidad de horas que allí se encontrabas expuestas. Títulos impactantes, temas novedosos, increibles ensayos sobre todo y todos. Era una gran muestra de loq ue supone la creatividad literaria. Me gusta ver las portadas de los libros. El título es la señal de presentación, aunque, en muchas ocasiones no alcance a ser mas que…las veinte primeras páginas, el resto suele recordarme, en algunos casos, a otros libros. Destaco el empeño en seguir escribiendo textos semejantes al Código Da Vinci. Aquí la creatividad se convierte en inspiración a la carta. Imaginoq ue cuando uno ve un hermoso cuadro en un museo, cualquier copia….nunca provoca la misma admiración, o el mismo rechazo, pero muchas veces la creatividad se confunde con la urgencia de vender, de seguir en la cadena de producción de un ercado de consumo. La frescura de este fenómeno creativo…puede encontrarse en páginas como Vorem: todo fres, del día, con ciertas cosillas, letras que se escapan, una prisa por decirlo todo, la brevedad…y la vida que se muestra en la variedad del cada día: una libreria al “desnudo”.