Si cada película fuera el guión de una vida, sólo habría un ganador al mejor guión, y toda esa retaíla de secundarios, maquillaje etc., etc. Me sorprende el estupidario humano en beficio de la forma. Un premio, que consiste en una estatuílla hace dudar si una aficionada guapa puede aspirar a lo que una actriz transforma en recreación perfecta. La vanidad es un inmenso moño con vestido de raso. América calla sus crímenes de guerra, mientra sofistica la alfombra roja con zapatitos de miles de dólares. No es reconfortante que nadie pierda y pierden siempre los que menos tienenen, no los peores actores, sino los pueblos que ni han oído hblar de los óscaras, y no han soñado con películas de faunos. Esa otra, la película Real, la Atroz y permitida…esa sí tiene verdaderos extras que caen a diario y crímenes y violaciones de todo derecho. Allá la alfombra Roja es auténtica y hasta se seca con el paso de los miles de protagonistas que jamás pidieron ser premiados.
2 comentarios sobre “La entrega de los Óscars”
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Fantástica exposición de la cruel realidad…
un abrazo
Sobre la Alfombra Roja de los Glamoures Atroces… millones de huellas de la Gran Falsedad. Feria de las Vanidades, amigo greko… Feria de las Vanidades y un sinfín de faunos callando crímenes.