La flor de la vida

Disfruto del tiempo infinito,
tu sombra acaricia mi cara,
acaso fuese un delito,
desear que fueses mi amada.

La flor de la vida se me dilata,
pienso en que hacer sin tus besos,
y te juro que se me clava en el alma,
con mucha furia, un puñado de huesos.

Suenan campanas en mayo,
aprieto tu voz callada,
en el fondo me desmayo,
al cruzarte en mi mirada.

y al fin podré respirar,
me hallo en mi lecho de muerte,
prometo saber perdonar,
a la que un día me dió suerte.

javidominguez

Un comentario sobre “La flor de la vida”

  1. Bien, Javier. Poetizar es sentir (aunque algunos que no entienden de Poesía digan que la rima destruye el verdadero sentimiento cuando es, más bien y muchas veces, lo contrario) y has sentido en profundidad lo que has escrito. Felicitaciones.

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