La Lampara de Wall Street

entre en ese bar con las manos atadas,creo.
sabia que decir y el genio me tendio su mano,
pedi tres deseosy una botella de clemencia,
luego sonrei,pero ya le entibie la boca.

“en el infierno el diablo toca el violin,
en una orquesta monopolizada”

mirada voraz, colmillo reluciente,ansioso.
poco mas hostil,que el cerbero con rabia.


llego de japon,la fiebre luminosa,
rayo vengador,para nuestros ojos esferas.

“en el infierno el diablo toca el violin,
en una orquesta monopolizada”

dijo el narigon,en este cambalache globo,
“en un mismo lodo todos manoseados”
somos la osamenta que se hace llamar luz mala,
me desvaneci y el genio se llevo consigo:

“la clemencia,los tres deseos y al fin,
quede solo y endeudado”

Un comentario sobre “La Lampara de Wall Street”

  1. Efectivamente, ya debe de haber monopolios hasta en el infierno. Como muy bien insinuas el ser humano esta hecho de maldad, pero también habita en el la bondad, lo ideal seía apartar lo malo de la mente humana y quedarse con la parte buena, pero estamos tocados por las hadas del bien y el mal y esta dualidad nos hace movernos de manera superior por el mundo,¡¡ que triste!!. El texto está cargado de pensamientos oníricos, como la mayoria de los que tu haces y resulta tremendamente ameno e interesante, invitando largamente a la reflexión.

    Un saludo.

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