La mortalidad.

La mortalidad esta,
es evidente…lo se.

La mortalidad esta
en el cansado de su reinado.

Es oscuro dicen,
y claro para quien cree
e inexistente por no tocar.

Cuando me miro,
cuando considero mi suerte
me atrevo y hablo de…
la mortalidad.

Pero si se acerca,
entonces,
hago sordos mis oidos
en memoria de la vida.

Y solo asi entiendo.

Entiendo que en vano
no sera,
que en mi tiempo aburrido
hay un tesoro escondido.

Entiendo
que cada vez mas…
te quiero.

Entiendo que te lo dire
hasta en el vacio que los
hombres llaman muerte.

Caundo los dias parezcan
acabados, y el Apocalipsis
de razon a los locos en virtud
de una nueva era yo…
te seguire queriendo.

Y si mi ceguera me
hace imaginar,
y solo logro asustar,
dire que no espero este final,
mas si lo hubiese no perdere
mas tiempo en decir que te quiero.

Para los romanticos
lo digo, y para quien
vaticina enriquecerse,
que su dinero podra ser papel
en un futuro sin valor.

Pero se me olvido otra vez
que imagino con rapidez
y que quizas seas mejor
y con alguien a quien querer.

La mortalidad se repite
y nos deja su pasar,
en cada cambio,
en cada abrir y cerrar de ojos,
en cada entender
de la terquedad rendida.

Aprobechare
pues la muerte no veo
ni aun teniendola delante,
porque hoy por ti vivo,
vivo mejor que ayer
y por lo tanto que te quiero.

Y si volviera a nacer
de la muerte vendria
por ser mortal como soy
y sin dudarlo y sin saber
de ti me enamorare por
tanto y tanto que…
te quiero.

No es mi miedo
marchar en los dias
de muy despues,
si no, no saber vivir
esta vida que nos toco.

Asi que vuelvo para hablar,
vuelvo para escucharte
y volveria hasta de la protesta de no poder.

No esperare a irme para desear hacer,
para intensificar el placer de la complejidad.

Dire ahora que te quiero.

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