La trastienda del alma

Hay una parte de mí que quiere continuar,
que se revela,
y me pone una trampa apenas me descuido.

Una espesa fuerza me vigila, me sustenta,
me analiza milímetro a milímetro,
llegando incluso a ahogarme las arterias.

Que empezó a escribirme, día a día,
músculo a músculo,
sin darse cuenta de que la tinta podría correrse.

Y sucedió. Le salí mal.
Le salí torcida, como los renglones de Torcuato.

Actúa por si sola y se complace a si misma.
.

No puedo controlarla, no sé que hacer con ella.
Se asoma cuando me equivoco,
se manifiesta en cada olvido,
aparece cuando no pienso,
cuando duermo, cuando sueño.

Es esa parte de mí que me hace
caminar al borde del precipicio,
y no me deja decir adiós

Es esa parte de mí
que pasea por mi alma ,

Un comentario sobre “La trastienda del alma”

  1. Esa parte de ti, que tan poéticamente llamas la trastienda, es la que siempre te será fiel en todo momento, Morgana. Es la parte intrínseca de nuestras voluntades que nos desbordan a la hora de sentirla. !Vívela!. !Vívela sin temor alguno!. No hay abismo posible que la pueda detener y luego llega siempre a la alta meseta de los bienestares lúdicos. Si la sientes con tanta pasión como expresas en el poema es porque la vives con toda entereza y eso sí que es un verdadero valor positivo. !Ánimo, amiga voremia, adelante!.

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