l*ch* y gall*tas

la realidad agarra al niño y lo golpea con todas las rabias existentes,
el niño llora desesperado, a cada golpe de puño rasguña y se aferra al brazo que lo embiste, da largos y agudos gritos de desesperacion pero la realidad no muestra señales de compasion, continua su empresa,
hunde los nudillos duros y secos en el cuerpecito
fragil, el pequeño vomita, con el rostro y cuerpo amoratados, deja de gritar, se orina y defeca inconsciente
da los ultimos manotazos y se deja ir,
sin movimiento, sin emitir sonido alguno,

la escena se forma con las mismas cantidades de impotencia y angustias, atropellando a quien la presencia, la realidad se muestra absorta encima del niño de rodillas con la cara afiebrada y todos los musculos tensos el cuerpo comienza a convulsionar
la realidad aprieta los dientes y lo detiene tomandolo entre los brazos para estrellarlo en el suelo de ceramica, sucio de sangre y vomitos
el pequeño muere con la boquita medio abierta y los ojos en ningun lugar,
el rostro hinchado y cardeno
las manitos abiertas y hemorragias internas
la realidad escupe a un lado
y se limpia la nariz con el dedo, displiscente
se levanta y suspira.
el niño muerto no es mas que un bulto en la penumbra de la habitacion

pasos, la puerta se abre, portazo.

3 comentarios sobre “l*ch* y gall*tas”

  1. Esta escena es real, sacada de lo que cuentan los telediarios. Lo que pasa es que a veces es más cruda la palabra que lo que se ve en la pantalla. Tienes un estilo desgarrador, me recuerdas a Truman Capote. La realidad sale a escena hace su actuación y luego se va. Son las noticias del nuevo orden.

    Un saludo.

  2. Tremendamente sobrecogedor, compañero. Si es un caso real estamos en la antesala de la brutalidad inhumana. Dios mío. Cuánta penumbra… Un saludo, alguien, tu literatura sobrecoge verdaderamente y deja al alma en la inquietud colgando…

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