Hoy hubiera deseado ver copos de nieve,
o sentir ladridos lejanos, o mirar azules lazos sobre cinturas flotantes.
Hoy “es siempre todavía”.
Machado es una higuera fértil y pausada.
A su sombra el texto se transforma en fecundo sortilegio
que tanto mira hacia el Oriente fértil.
Hoy los pasos se acentúan sabiéndose repetidos ritmos,
acompasados sortilegios.
Por no crear en el Alma se revela entre colores.
Calma de miradas puestas, como mariposas sobre las flores.
Y juega el pareado a ser el acertado final de un círculo vicioso.

Olorosa el aire que el verano oculta,
y la Higuera, en su plenitud primera
de árbol sabio y viejo y sin flores…
Deja caer sus hojas al compas del paso, del color,
de los colores de cada palabra, de cada mirada,
de la mano adelantada de Laura y una cinta azul que flota al viento.
Movimiento sinfónico estival.
No canta la cigarra en el cañaveral.