El Hombre es básicamente bueno. Nacimos sin pecado, no sabíamos el concepto de bueno y malo ya que, si no existe el mal, el bien no estaría definido.
No conocíamos a Dunia* con sus errores e imperfecciones, no sabíamos nada excepto la perfecta naturaleza de existir, solo había un camino, y este era el único que conduce a lo perfecto. Entonces descubrimos imperfecciones, descubrimos el error mundano, y fue cuando dividimos el camino en dos, el correcto y el incorrecto, entonces definimos el bien y el mal. El bien es el camino correcto y verdadero mientras que el mal parte de un error considerado como correcto pero solo en su apariencia. Nos educaron con incorrección, y partiendo del error, generamos mal con la ignorante idea de hacer el bien. Aprendemos de la consecuencia de lo incorrecto cuando trae fines destructivos, el problema está cuando hay demasiada incorrección y no nos damos cuenta de la verdadera consecuencia destructiva y tratamos de justificar el error con otros errores sin encontrar verdaderamente el error básico.
Quizás el fusil no sea el arma adecuada para abordad un conflicto. Quizás El Hombre no es el verdadero enemigo de El Hombre. Y quizás podríamos aprender más del niño que de cualquier escarmentado erudito.
La supervivencia es un impulso natural e inherente en los seres vivos, nos aleja del dolor y nos atrae al placer, el proceso constante de alcanzar metas placenteras es perfectamente definible como felicidad.
Buscamos la verdad de entre los escombros, porque el Diablo no siempre fue Diablo y los ángeles bajamos para comprenderlo.
Dunia: En el Islam; la vida en el mundo. Del árabe دونيا
Muy bueno.
Para reflexionar un poco más dijo Víctor Hugo: “¿Casualidad?, plato que hacen los bribones para que coman los tontos”.
Pues entrando ya en materia, a ver si vuelven los ángeles…
Buen dominio de la argumentación. En tu texto has situado muy bien el escenario (ese gran mundo de las acciones humanas) y has expuesto con buenas proposiciones un tema candente. Me gusta el ritmo con el que has ido desde lo general hasta lo particular. Y eso de “aprendemos de la consecuencia de lo incorrecto cuando trae fines destructivos” es una excelente conclusión mediática. Todo lo mediático es singular. Te felicito por el texto.
En realidad “lo que supieron los ángeles” ya lo sabe el alba…
No me refiero al alba de las rutinas que gozan los acomodados… sino al alba que nos pilla siempre soñando…